allí, como una flor sola
el silencio invadiendo
los costados más filosos,
la ferocidad de ciertas tardes,
peces de bocas desgarradas,
desde las uñas hasta los finales del cabello
vértices coincidiendo,
cómo un mapa descifrado en las arenas,
en helechos profundos,
gritando en ecos repartidos de "la Gracia",
temblando en barcos,
en cañaverales,
en las galaxias escondidas bajo tierra
allí, deseo estrepitoso
sillas, candelabros y canciones inconclusas,
gargantas de infiernos recorridos y perpetuos,
besos entre aves,
entretejidos del olvido
los pañuelos desnudos,
y un vientre ovillado y partiendo
un peregrino ofreciendo agua
de sus fuentes blancas
pasa,
y enciende los cristales difusos,
hace brotar memorias de su frente,
muriendo de verdad
o de gratitud
el mismo sitio puede ser también
una gran fiesta,
un temblor de la ternura,
una playa de huesos luminosos,
allí, donde more un alma sedienta.