Verónica Roman



allí, como una flor sola
el silencio invadiendo
los costados más filosos,
la ferocidad de ciertas tardes,
peces de bocas desgarradas,
desde las uñas hasta los finales del cabello

vértices coincidiendo,
cómo un mapa descifrado en las arenas,
en helechos profundos,
gritando en ecos repartidos de "la Gracia",
temblando en barcos,
en cañaverales,
en las galaxias escondidas bajo tierra

allí, deseo estrepitoso
sillas, candelabros y canciones inconclusas,
gargantas de infiernos recorridos y perpetuos,
besos entre aves,
entretejidos del olvido
los pañuelos desnudos,
y un vientre ovillado y partiendo

un peregrino ofreciendo agua
de sus fuentes blancas
pasa,
y enciende los cristales difusos,
hace brotar memorias de su frente,
muriendo de verdad
o de gratitud

el mismo sitio puede ser también
una gran fiesta,
un temblor de la ternura,
una playa de huesos luminosos,
allí, donde more un alma sedienta.



Poeta Verónica Roman, acodada
VERÓNICA ROMAN
(1974, La Plata, Buenos Aires, Argentina)


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