Hoy un juramento
Cuando esta casa,
en la que vivo hace años,
tenga
una salida, yo cerraré
la puerta para guardar su calor;
yo la abriré
para que los vientos vengan
a lavarle la cara;
a remontarla,
de esa manera con que vuelan
las intenciones,
los aparecidos, los recuerdos por venir
y lo que a uno lo asusta
aunque todavía no haya ocurrido.
Queridos hijitos, su papá poco sabe de ustedes
y sufre por esto. Quiere ofrecer un destino
luminoso y alegre, pero no es todo
y ustedes saben:
las sombras,
las sombras,
las sombras,
las sombras
me molestan y no las puedo tolerar.
Hijitos míos, no hay que ponerse tristes
por cada triste despedida:
todas lo son, es sabido,
porque hay otra partida, otra cosa,
digamos,
donde nada,
nada
está resuelto,
FRANCISCO URONDO (1930, Santa Fe / 1976, Mendoza, Argentina)
Extraído de Revista Ñ, 04/03/2006
Imagen: cubadebate.cu