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Jack Gilbert
















En Umbría







Un día estaba en el café, sentado afuera,

mirando el crepúsculo en Umbría, cuando una niña
salió de la panadería con el pan que su madre le pidió.
No sabía qué hacer. Ya confundida
por tener trece años y justo aquel verano hacerse mujer,
ahora tenía que pasar por delante del americano.
Pero lo hizo muy bien. Pasó por delante y dobló la esquina
con gracia, sin prestarme atención. Casi perfecto.
En el último instante no pudo resistir
mirarse fugazmente sus pechos nuevos. Suelo recordar
aquella inclinación de su cabeza cuando la gente habla
de tal o cual de las grandes beldades.









Ir  ahí






Por supuesto fue un desastre.

El más preciado, insoportable secreto

ha sido siempre un desastre.

El peligro cuando tratamos de irnos.

Revisando más tarde, una y otra vez,

lo que debimos hacer

en lugar de lo que hicimos.

Pero en esos breves momentos

parecíamos vivos. Engañados,

maltratados, mentidos y traicionados,

seguramente. Sin embargo, por ese

corto tiempo, visitamos

nuestra vida posible.






Otros poemas de Jack Gilbert, aquí


Traducción: Gerardo Gambolini

Imagen: The Guardian

Jack Gilbert: Todos olvidan que Ícaro también ascendió.



Errar y volar







Todos olvidan que Ícaro también ascendió.

Es igual cuando el amor se acerca a su final,

o cuando el matrimonio fracasa y todos dicen

«ellos sabían que era un error», que «jamás

funcionaría» todos dicen. Que ella era

lo bastante mayor para comprender. Pero lo

que vale la pena lo vale aunque esté mal hecho.

Como estar ahí, en ese océano del verano

al otro lado de la isla mientras

el amor se apagaba en ella, las estrellas

ardían con tanto exceso en esas noches que

nadie pudo decirte que no perdurarían.

Cada mañana, ella dormía en mi cama

como una visitación, era su dulzura

como antílope inmóvil en la niebla temprana.

Cada tarde la veía volver a través

del páramo ardiente, después de nadar,

y veía la luz del mar a su espalda y el cielo enorme

al otro lado del paisaje. La escuchaba hablar

mientras almorzábamos. ¿Cómo pueden decir

que el matrimonio fracasó? Como aquellos que

regresaron de Provenza (cuando aún era Provenza)

y dijeron que era hermosa pero su comida grasienta.

Creo que Ícaro no fracasó en su caída,

se iba aproximando a la consumación de su triunfo.





Jack Gilbert
JACK GILBERT (1925, Pittsburgh / 2012, Berkeley, Estados Unidos de Norteamérica)
Traducciòn: Pablo de Cuba Soria




Imagen:themostcake.co.uk






Failing and Flying






Everyone forgets that Icarus also flew.

It’s the same when love comes to an end,

or the marriage fails and people say

they knew it was a mistake, that everybody

said it would never work. That she was

old enough to know better. But anything

worth doing is worth doing badly.

Like being there by that summer ocean

on the other side of the island while

love was fading out of her, the stars

burning so extravagantly those nights that

anyone could tell you they would never last.

Every morning she was asleep in my bed

like a visitation, the gentleness in her

like antelope standing in the dawn mist.

Each afternoon I watched her coming back

through the hot stony field after swimming,

the sea light behind her and the huge sky

on the other side of that. Listened to her

while we ate lunch. How can they say

the marriage failed? Like the people who

came back from Provence (when it was Provence)

and said it was pretty but the food was greasy.

believe Icarus was not failing as he fell,

but just coming to the end of his triumph.



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