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Fabián Casas: Sin llaves y a oscuras


Sin llaves y a oscuras     



Era uno de esos días en que todo sale bien. 
Había limpiado la casa y escrito 
dos o tres poemas que me gustaban. 
No pedía más. 

Entonces salí al pasillo para tirar la basura 
y detrás mío, por una correntada, 
la puerta se cerró. 
Quedé sin llaves y a oscuras
sintiendo las voces de mis vecinos
a través de sus puertas.
Es transitorio, me dije;
pero así también podría ser la muerte:
un pasillo oscuro,
una puerta cerrada con la llave adentro
la basura en la mano.


Otros poemas de FABIÁN CASASaquí.

Fabián Casas


Hegel




Me pregunto si la desesperación
es igual para todos.
Si Hegel, cuando se sintió morir
se sintió realmente morir
o intuyó una síntesis implacable
más allá de su cuerpo.
De todas formas, se hace difícil
no vivir en el miedo:
conozco gente que desea ser amada
y gasta su tiempo en los flippers.



De: "El salmón", Libros de Tierra Firme, 1996
Enlaces: Fabián CasasPoetas y padres
Imagen: anamariasierra.blogspot.com

Fabián Casas

La barrera


Me detengo frente a la barrera







Me detengo frente a la barrera.

Es una noche clara y la luna se refleja

en los rieles. Apago las luces del auto.

Está bien, pienso, es bueno que nos demos un tiempo.

Pero no comprendo nuestra relación:

no sirvo para eso. ¿Acaso serviría de algo?

Tu padre está enfermo y mi madre está muerta;

pero igual podría ir y tirarme encima tuyo

como todas estas noches. Eso es lo que sé.

Ahora la tierra vibra y un tren oscuro

lleva gente desconocida como nosotros.





Fabían Casas (1965, Buenos Aires, Argentna)

De: "El salmón", Libros de Tierra Firme, 1996)

Enlaces: El poeta ocasional

Imagen: eblogtxt.wordpress.com

Fabián Casas: Caminamos, con mi viejo, por la playa de estacionamiento.

Fabián Casas

Cancha Rayada



Caminamos, con mi viejo, por la playa de estacionamiento.
Es un día de calor sofocante
y en el asfalto recalentado
vemos la sombra de un pájaro negro
que vuela en círculos,
como satélite de nuestra desgracia.
Una multitud victoriosa, a nuestras espaldas,
ruge todavía en la cancha.
Acabamos de perder el campeonato.
La cabina del auto es un horno a leña;
los asientos queman y el sol que pega
en el vidrio, enceguece.
Pero no importa, como dos bonzos
dispuestos a inmolarse,
nos sentamos y enciendo el motor:
Fabián Casas y su padre
van en coche al muere.



FABIÁN CASAS (Buenos Aires, Argentina, 1965)
De "El Salmón", Libros de Tierra Tirme, 1996
Imagen: abc.es

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