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Enrique Lihn: Pero si nosotros pasamos de moda, ¿por qué no ellos?


Enrique Lihn



A N.



La animación vuelve a las palabras que parecían muertas
Una lectura las resucita
No está de má pensarlo así
no me voy a echar a morir porque deslumbren
los jóvenes con su jerga
Conforme: vienen de otra parte
la TV les dio la papa
mientras nos equivocamos llamándola la caja tonta
El rock es una preciosa toxina
Pero si nosotros pasamos de moda, ¿por qué no ellos?
Envejecen, es la ley
esperarán en la tumba su turno



[Ahora si que ti y yo.. .]



Ahora sí que tú y yo estamos más lejos uno del otro
que dos estrellas de diferentes galaxias.
Ningún astrónomo logrará tenernos juntos
en su vertiginoso campo visual
ni el fotógrafo de Cartagena ante su Polaroid
así fue hace la infinidad de siete años
el resto de las imágenes son nubes de la memoria
y de aquélla y de todas se ha retirado la vida.


De: "Diario de muerte", Editorial Universitaria, 1989
Otros poemas de ENRIQUE LIHNaquí
Imagen: Flickr

Enrique Lihn: Estuvimos a punto de ejecutar un trabajo perfecto



Nathalie



Estuvimos a punto de ejecutar un trabajo perfecto, 
Nathalie en una casa de piedra de Provenza. 
Dirás ahora que todo estuvo mal desde el principio 
pero lo cierto es que exhumamos, como por arte de magia, 
todos, increíblemente todos los restos del amor 
y en lo que a mí respecta hasta su aliento mismo: 
el ramillete de flores de lavanda. 
Es cierto: nuestras buenas intenciones fracasaron, 
nuestros proyectos se redujeron al polvo del camino 
entre la casa de Lulú y la tuya. 
No se podía ir más lejos con los niños 
que además se orinaron en nuestro experimento; 
pero aprendí a Michaux en tu casa, Nathalie; una 
vociferación que me faltaba, 
un dolor, otra vez, incalculable 
para el cual las palabras no tienen gusto a nada.

Vuelvo a París con el cuaderno vacío, 
tu trasero en lugar de mi cabeza, 
tus piernas prodigiosas en lugar de mis brazos, 
el corazón en la boca no sé si de tu estómago o del mío. 
Todo lo intercambiamos, devorándonos: órganos y 
memorias, accidentes del esfuerzo por calarnos a fondo, 
Nathalie, por fundirnos en una sola pulpa.

Creer en dios; sólo me falta esto 
y completar, rumiando, el ciclo de la baba, 
a lo largo de Francia. 
Pero sí, trabajamos duramente 
hombro con hombro, ombligo contra ombligo 
y estuvimos a punto de sumergirnos en Rilke.

No hemos perdido nada: 
este dolor era todo lo que podía esperarse; 
sólo me falta aullarlo en el momento oportuno, 
mi viejecilla, mi avispa, mi madre de 
dos hijos casi míos, mi vientre.

“Va faire dodo Alexandre. Va faire dodo Gérome.” 
Ah, qué alivio para ellos 
el flujo de la baba de la conciliación. Toda otra 
forma de culto es una mierda. 
Me hago literatura. 
Este poema es todo lo que podía esperarse 
después de semejante trabajo, Nathalie.


Enrique LihnFuente: Revista Omni-bus
Otro poema de Enrique Lihn, aquí
Imagen: www.pagina12.com.ar


Enrique Lihn





EN las cosas se escribe nuestra historia,
en ciertas personas que tratan de explicárselo
por respeto al absurdo,
en los rincones más lejanos de esta ciudad y, por simple extensión,
en la ciudad vecina.
Hay paisajes enteros del lado de la costa donde el propio mar se limita a escandir
más acá del lenguaje un diálogo de sordos.
Las persistentes señales de una misma obsesión rompen a hablar marcando expresiones como éstas:
tránsito suspendido, de un dolor sin nombre
propio y que repite el tuyo
incapaz de otra causa.
Como en una película muda
nuestras caras se eclipsan mutuamente en el cielo
un pobre viejo símbolo de la separación.

Las cosas son las dueñas de su propio sentido que en circunstancias normales
las rodea en silencio, pero ninguna escapa
a la inflexiones de la escritura de un loco.

En resumidas cuentas, todo habla de ti
por boca de una inmensa metáfora
que se confunde con todo.


Estación de los desamparados, poesía chilenaENRIQUE LIHN (Santiago de Chile, 1929 / Santiago, 1988, Chile)
De: "Estación de los Desamparados", Premia Editora, 1982
Imagen: 2.bp.blogspot.com
Enlaces a esta entrada: El poder de la palabra; Enrique Lihn

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