EN las cosas se escribe nuestra historia,
en ciertas personas que tratan de explicárselo
por respeto al absurdo,
en los rincones más lejanos de esta ciudad y, por simple extensión,
en la ciudad vecina.
Hay paisajes enteros del lado de la costa donde el propio mar se limita a escandir
más acá del lenguaje un diálogo de sordos.
Las persistentes señales de una misma obsesión rompen a hablar marcando expresiones como éstas:
tránsito suspendido, de un dolor sin nombre
propio y que repite el tuyo
incapaz de otra causa.
Como en una película muda
nuestras caras se eclipsan mutuamente en el cielo
un pobre viejo símbolo de la separación.
Las cosas son las dueñas de su propio sentido que en circunstancias normales
las rodea en silencio, pero ninguna escapa
a la inflexiones de la escritura de un loco.
En resumidas cuentas, todo habla de ti
por boca de una inmensa metáfora
que se confunde con todo.
ENRIQUE LIHN (Santiago de Chile, 1929 / Santiago, 1988, Chile)
De: "Estación de los Desamparados", Premia Editora, 1982
Imagen: 2.bp.blogspot.com
Enlaces a esta entrada: El poder de la palabra; Enrique Lihn
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