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Denise Levertov


Amenaza  




Se puede vivir por años al lado 
de un gran pino, honrado de tener 
un vecino tan venerable, aunque 
desparrame agujas sobre todas tus flores 
o te despierte, dejando caer grandes piñas 
sobre tu terraza en la quietud de la noche. 
Recién cuando, antes del alba, un año
al comienzo de la primavera,
el viento al soplar y soplar, suscite imágenes
de barcos cáscara de nuez arrojados
entre inmensos paredones de olas que avanzan,
te das cuenta que siempre,
debajo del respeto, debajo de tu fe
en la belleza del pino, subyace
el temor de que se desplome algún día
sobre tu casa, sobre ti en tu cama,
sobre la fragilidad de esa segura
cotidianeidad a la que casi
te habías acostumbrado. 



Threat 




You can live for years next door
to a big pine tree, honored to have
so venerable a neighbor, even
when it sheds needles all over your flowers
or wakes you, dropping big cones
onto your deck at still of night.
Only when, before dawn one year
at the vernal equinox, the wind
rises and rises, raising images
of cockleshell boats tossed among huge
advancing walls of waves,
do you become aware that always,
under respect, under your faith
in the pine tree's beauty, there lies
the fear it will crash someday
down on your house, on you in your bed,
on the fragility of the safe
dailiness you have almost
grown used to.


Otros poemas de DENISE LEVERTOVaquí
Imagen: Richard Alan Schmid

Denise Levertov



La carretera Merritt     




Como si se tratara 
de moverse continuamente, de 
mantenerse en movimiento sin cesar. 
Bajo un pálido cielo donde,
cual la luz encendida de una estrella,
vamos atravesando la neblina, e incesantemente
perseguimos fijamente una constante
más allá de nuestros seis carriles
en un ensueño permanente…
Y la gente –nosotros mismos-
los seres humanos dentro de
los vehículos haciéndose visibles
solamente al parar en las estaciones de gasolina,
inseguros,
mirándose los unos a los otros,
bebiendo precipitadamente el café
de la máquina automática y, de prisa,
regresar a los coches
y desaparecer
en ellos para siempre
continuando el movimiento.
Casas y más casas, más allá de
la asfaltada pista, árboles, árboles, arbustos
que pasan y pasan.
Los autos que
siguen avanzando, delante de
nosotros, junto a nosotros,
presionando detrás de nosotros
y
en la parte de la izquierda, los que vienen
hacia nosotros con sus deslumbrantes brillos
moviéndose sin descanso,
por seis carriles, deslizándose
al norte y al sur, sumamente veloces,
con un sordo rumor.


La carretetera Merritt, poetas nortemaericanas
Otros poemas de DENISE LEVERTOVaquí
Fuente:  Cuaderno de poesía critica Nº 25 
Imagen: Jot Down

Denise Levertov: Un círculo de abetos



De criatura a criatura     




Era ya casi demasiado tarde 
para dar un paseo por el bosque, 
pero fui igual. Y me salí un momento 
del sendero sombrío
para adentrarme en una sombra más oscura,
un círculo de abetos que me encanta,
y recibí un regalo mientras anochecía:

una lechuza, que sin miedo
voló con decisión hasta una rama
muy cerca de mí, y me miró - una larga
mirada de reconocimiento, fija, imparcial.




Calandria de calandrias 




Un pájaro grisáceo
del tamaño de dos gorriones más o menos,
caído en algún campo,
desintegrándose de prisa,
un amasijo
de plumas secas-
Nadie sabe
que entre los suyos era un príncipe,
el más virtuoso, dueño
de miles de canciones;
elegante, inventivo, fantasioso,
rival del ruiseñor.



poetas norteamericanas
DENISE LEVERTOV (1923, Essex, Inglaterra / 1997, Seattle, Estados Unidos de Norteamérica)
De: www.losporquesdelarosa.blogspot.com
Traducción: Alejandro Crotto
Imagen: Culturamas







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