Horacio Warpola

Poema de los drones     




Nadie rebaje a lágrima o reproche 
una aeronave que vuela sin tripulación humana a bordo 
esta declaración de la maestría 
también conocida en español como vehículo aéreo no 
tripulado 
de Dios, que con magnífica ironía 
pretende reproducir la facilidad de vuelo del abejorro 
me dio a la vez los libros y la noche
pero también entrega pizzas.



gob.mx




Las expectativas que mi gobierno quiere que tenga son medias
Digo -mi gobierno- porque aunque no sea mío me pertenece en el patriotismo
y en los impuestos y en la rutina
No soy un drogadicto no tengo grandes deudas
Conozco el mundo y a los animales salvajes a través de la televisión y no puedo
dejar de sentirme mal porque mi realidad es la ficción de otro
Mi ficción no es la realidad de nadie
Estoy cansado de abrir y cerrar las canillas como si eso fuera vivir
Abrir y cerrar canillas
Hasta donde sé una flor no se queja de ser una flor
Un tornillo ama ser un tornillo
Estoy joven y a veces me siento como un viejo y a veces me siento como un niño
Son los treinta -dicen-
No quiero quedarme a medias
A mi gobierno le conviene
que sea una trucha en un estanque de crianza
fácil de pescar fácil de devorar
Llega el momento en donde tomas el auto y lo estrellas
en cualquier barda
Las bolsas de aire te salvan la vida
-las bolsas de aire-
eso para mí es la poesía
Estrellarme cuando quiera
sin morir siempre a medias
Como mi gobierno desea



III.


No es que te haya olvidado,
es que decidí mejor pensar en otras cosas.

Incluso cuando borrarte del mundo virtual
no bastaba con desvanecerte de la tierra.

Había 351 mensajes nuevos en tu bandeja de entrada de Gmail,
eran 275 notificaciones de Facebook,
16 personas habían comenzado a seguirte por Twitter;
lo demás era basura:
recados,
despedidas
y llanto.

Como si dejarte un post o un tweet
hiciera que el dolor se encoja;
tal vez un consuelo para los que no pudieron decirte
unas últimas palabras
con la pútrida esperanza de que fueras a responder con
un «me gusta».

Fue muy complicado eliminarte,
envié un mail extenso a los administradores para explicarles
que habías muerto,
y que los muertos no están en Facebook,
ya no escriben en sus muros.

Respondieron al día siguiente enviando una clave y un pésame.
Pensé en el hombre que reenviaba el mail,
pensé en todas las personas que han muerto
y siguen flotando en internet,
perdidos entre htmls y wwws.

Pude ver sus blogs como tumbas,
sus perfiles llenos de epitafios y homenajes.

Me sentí muy triste por todos ellos.



La imagen muestra al poeta Horacio Warpola en una calle con gente transitando. Detrás del poeta aparecen unas tablas sobre un soporte, aparentemente de un stand desarmado. La persona viste un abrigo gris y sobre el hombro cruza una correa de un bolso
HORACIO WARPOLA
(1982, Atizapán / 2024, Querétaro, México)
Fuente: Digo palabra | 
Imagen en adn40

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