Juan Secaira Velástegu

Una persona    


 

Las imágenes 
de la resonancia magnética 
traen la novedad de la estridencia, 
la deformada suerte que no da aliento ni promueve 
el discurso de la valentía. 
 
La vida no debe enfocarse en la tristeza de aguantar. 
 
La orilla también puede ser el final de una densa
aventura entre los trópicos.

El cansancio saca los brazos,
en los múltiples
sentidos de la combinación de palabras.

Deslices en medio del agua
que ya no viene del mar,
ya no es el mar,
se ajusta a unas cuantas gotas en la cicatriz.

Catarata o bilis.

Un punto en la mirilla,
sobre
la ruta
inmaculada.



Riel




Último asiento del tren sin música
voces ofreciendo trizas
soñar frecuentemente con el número dieciocho
vasos en hielo
 reflejos de polvorientas lámparas
 en la niñez
 sentado en una esquina por norio
 por confiado
 por sano
 por anhelar un instante de felicidad
 después de caer veinte años y más
 en aquel rincón
 hoy desear lo mismo
 por razones contrarias
 inocente o sabido
 el final es semejante
 soñar con un amor
 que corta un rastro
 trenes viajando
 la malsana
 marcha a contraluz.


Fotografía en blanco y negro del poeta Juan Secaira V. apoyado contra una pared al lado de un cartel
JUAN SECAIRA VELÁSTEGU 
(1971, Quito, Ecuador)
Fuente: Casa Bukowski | Madame Ho
Enlaces: Letralia | Revista Matapalo
Imagen en La palabra abierta

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