Jorge Fondebrider: Emblemas de otra parte | El poeta ocasional

Jorge Fondebrider: Emblemas de otra parte


Televisor   




Hay musgo sobre el tronco porque así pasan las cosas en el bosque  
donde no estoy ni estuve, pero vi.  
 
Los osos destrozan los salmones a mordiscos después de la rompiente. 
La luz del sol y su reflejo en las escamas. 
  
Faltan la zarpa que no escucho,  
el frío que no siento,  

Después está la grava, hay una pausa,
el hilo de la historia que se pierde.



Elegía por el casquete Polar Ártico


 

No sé nada de espiritualidad, 
palabra hueca, como es hueco el centro del bambú 
cuando lo sopla un tipo con túnica violeta 
y oye la música mientras vigila a China 
con todos sus tambores detrás de las montañas. 
Y tampoco tengo las respuestas 
precisamente porque no me hago las preguntas. Dios no existe. 
No hay forma de que crea. 
Yo ya dije: no sé nada. 
         Apenas escribo estas palabras 
sabiendo de antemano que el cielo y el infierno 
son la mejor opción para esta especie 
que a menudo se piensa superior, mientras el humo 
se eleva desde siempre 
y todavía hay gente que niega las cámaras de gas, 
las pieles derretidas con fóstoro y napalm. 

Después, hay que saberlo, están las focas, 
la foto de la sangre sobre el hielo, 
lo que queda del hielo, 
Y aquella otra con doscientos 
osos polares comiendo una ballena. 
Repito: dios no existe. Su alabanza 
cuando se acaba el mundo y suenan las trompetas, 
es mera estupidez.



Un mal poeta 




Me atraen los lobos y los cuervos por alguna razón que 
  desconozco. 
Emblemas de otra parte, patrimonio 
del norte de la suerte que nos toca 
Aquí, en el sur, abundan 
guanacos y pingllinos. 
La épica es esquiva. 
Yo no sé qué hacer con esos bichos.



 
para Eliane 

I. Para ir de Lyon Part Dieu hasta Roanne se pasa por Tarare 




Desde Lyon-Part-Dieu hasta Roanne hay 70 km en tren. 
El tren es regional y siempre para 
en Tarare, ciudad que fue priorato, a la que cruzan 
dos ríos: el Turdine y el Taret, 
Alrededor del siglo XVI, tejedores, curtidores, zapateros 
la convirtieron en la capital nacional de las cortinas 
La muselina, que es una tela fina originaria de Mosul, 
en el norte de Irak, la hizo famosa. 
Y luego llegaron los peluches, terciopelos. 
También llegó el rayón. 
Y en los años sesenta, la crisis. 
Por la ventana del tren yo sólo veo mueblerías. 
En la ventana del tren está el reflejo 
del día que avanza hasta su noche 
mientras el tren avanza hasta Roanne.



Al cabo de los años el cuerpo es una trampa 




Al cabo de los años el cuerpo es una trampa, 
una prisión que impide llegar donde queremos, 
hacer lo que deseamos, 
dormir sin sobresaltos. Duelen 
de forma irrevocable las articulaciones, 
las vértebras lumbares 
se Instalan en los músculos calambres. 
Es el momento de pensar que somos monos, 
los dientes que nos faltan, 
apenas organismos en la noche 
sin alrna, mera carne y falta poco.



Pensionista 




Me muestra la sala, el baño, la cocina, 
también mi dormitorio, donde dejó unas toallas bien dobladas, 
la cama ya tendida, 
y con orgullo señala la pecera donde nada 
detrás de algunas piedras 
su único habitante. 
Todo el amor, toda la fe que hay en la casa 
se concentra en ese pececito que vive entre burbujas, 
pendiente del reflejo de la luz 
de la vela 
que brilla indiferente al lado de su acuario, 
Para ella y para mi, 
y acaso para todos, 
la vida pende de un reflejo.



poesía argentina, La suerte que nos toca, Gog & Magog
De: " La suerte que nos toca", Gog & Magog, 2022
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