Elio Pagliarani


I     




Después del puente ferroviario 
un callejón del viale Ripamonti 
está la casa de Carla, de su madre, y de Angelo y Nerina. 
 
El puente está allí quieto y por debajo pasan 
trenes carros vagones frenadores y manadas al matadero 
y arriba pasan el tranvía, el trolebús al lado, la gente que camina 
los camiones de la fruta de Romaña. 
 
A los que nacen cerca de estos sitios 
ni siquiera les pasa por la mente 
cómo es útil tener una costumbre 

Las costumbres se van haciendo junto a la piel
así que todos tienen una si tienen piel

Pero hay un momento en el que el hábito no aguanta
quién sabe lo que empuja el circuito
o hace contacto
o se va por la tangente
entonces la borrasca
periférica, de tierra,
el puente se lo cubre y barre y alguien
puede venirse abajo
y las películas que Carla no soporta
una película de Jean Gabin puede decir la verdad
es quizá el silbido y la niebla o el abatido
chocar de herralla o tu corazón sorprendido, asustado
el corazón desprevenido por ejemplo, con dos manos
que se abalanzan sobre el pecho

No es el simple pudor el que la empuja
Fugitiva en los bosques de cemento
o el contagio espinoso de la mano.



poesía italiana
ELIO PAGLIARANI
(1927, Viserba, Rimini, Italia)
De: "La muchacha Carla", La Bella Varsovia, 2017
Traducción: Leonardo Vilei e Ignacio Vleming
Enlaces: Academia.edu

Imagen en MyDbook

Nota del editor: No encuentro la palabra 'herralla'. El diccionario de la RAE me aproxima 'ferralla', chatarra, estructura de hierro.

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