Alberto Cisnero | El poeta ocasional

Alberto Cisnero



06/05/2017



17 



si dudás, que al salir, salga cortando. fue
mi alcázar de oro y gemas en todos los rincones
en los que uno está solo. ya dieron su fin
los laberintos y meandros de un viejo ría. mi alcázar
de oro y gemas, estas palabras cárdenas, a veces,
lo que perdura es lo que no se pronuncia.
y siempre hablé con intención. por tierra,
por mar, adonde el viento me llevó.
no presentaré mis excusas por ello. a declivio
se redujo, como si oyera golpes en la puerta,
como un sueño repetido.



19



aquí, en algún lugar de la frontera, de mi cabeza,
en un callejón oscuro o en un lugar solitario.
retrocedo en la escala de la evolución. enuncio
un hecho. sólo puedo destruirme. y tal vez no,
tal vez no me importe el daño que infligí. me volví
económico con el letrerío. adecué una falencia.
hay veces en que no disponés más que de una
oportunidad para decir algo. poso mis ojos sobre
los dibujos. no son buenos. guardan candideces.



13



basta de historias, de palabras sin nada
adentro, de presagios donde todo resulta fácil.
mi cómplice. mi infrascrito. mi divisa (contra
toda evidencia): hago el idiota del pueblo.
vivo en el presente y la honra no cuenta.
son las delicias de la especulación
teórica. pasa que cuando te morís
es por mucho tiempo


De. "Oquei, gracias", Barnacle, 2017
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