Eduardo Milán | El poeta ocasional

Eduardo Milán

Eduardo Milán





El camino Ullán  



segundo camino Ullán 



descarriados
fuera del carril de alquitrán del que no depende nada
salvo la vida, al costado
perdido el hilo del carrete en algún lugar sobre la carretera
¿y el carrusel dónde queda? queda en la feria, queda en el parque
de diversiones donde el niño –Alejandro- enredaba sus dedos
telaraña de nieve pegajosa una copa de algodón de azúcar la felicidad
pasan los autos que aquí se llaman carros
allá son carros los tirados por caballos que recogen basura de noche
en el cielo la Osa es el carro, la Mayor –en Uruguay, allá
recogen restos en el día, desechos que los que ahora son poemas cantan
tiempo del desecho que canta




tercer camino Ullán


la visión intimista donde todo es chico
en el sentido de pequeño, a la mano
los niños, seres a la mano, las mascotas, la perra
el pelo de la cabeza de los niños para pasar la mano
el reluciente, liso, sedoso casi, lomo de la perra negra

algo relativamente nuevo
siempre estuvo el detalle que palpita entre los valores grandes
esos imperios que en el pozo de la rabia te hacen levantar
para ver el cuerpo completo del caballo de costado
no desde abajo, desde sus cascos
caballo: forma incompleta de una máquina de guerra
siempre estuvo el detalle, brisa por la ventana abierta, aire fresco
entre las cortinas de dril, vida sola del pañuelo en el saludo
difícil detectar el destello en los escombros








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