Señalador: Jorge Fondebrider | El poeta ocasional

Señalador: Jorge Fondebrider


Jorge Fondebrider









Jorge Fondebrider / Otra iglesia es imposible*







I. Delta del Ebro








Raches decían los carteles

y eran ráfagas brutales, mucha arena,

y el coche se movía. Dijo Andy:

“Mirá qué decadente arquitectura”.

Como de Miramar, le dije. 

 Volvimos atrás treinta veranos y a otros vientos, 

a ráfagas que también eran brutales,

y justo pasamos delante de la casa.

de un tipo que paleaba

arena que sacaba de su casa,

exactamente igual que ahora nosotros 

perdemos la memoria.







III. Perpignan-Narbonne








Desde el tren,

el rastro del viento sobre el agua

y los flamencos color rosa que buscan en el barro.






Y desde el tren,

un bote azul en medio de la nada

a la que llaman Peyriac de Mer.







O sea, el cielo dado vuelta,

volcado sobre el barro

en que flamencos buscan en medio de la nada. 








V. Marsella









Así se ve desde la ventana del hotel:

el mar parece un bosque de palos de velero.

Después, de las ventanas cuelgan sogas de las que cuelga ropa,

y hay dos que hablan en árabe, 

y pasa un corso, y pasa un italiano,

tres chicos detrás de una pelota.

Alzo la vista al otro lado de la calle y veo

la inevitable vieja en el balcón. 

Saludo con la mano. No me responde y entra. Vuelvo al puerto

como quien ve dos veces un fantasma de otro tiempo

y empieza a sospechar. 



*Todos los poemas en el post vinculado de Otra iglesia es imposible


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