LAS raíces flotan
apretadas
adentro del jarrón de vidrio
¿qué jarrón?
se retuercen poseídas por el mismo
diablo: ¿lo ves?
ahí arriba
una reacción
provocada por la dosis que previene del contagio
flotan adentro apretadas por el mismo jarrón las
raíces
raíces
MENTIRA, todas nos ahogamos en una copita y cada
invierno
volvemos a generar
expectativas falsas
¿eso?
no, ahí no, más arriba
nos previene pero al final de la alucinación que
provoca
provoca
ME toca a mí
meter la mano
sacar del fondo
una planta que desaconsejan
para interior
UN diablo pero no el mismo
que me poseyó había advertido sobre los efectos
del anticuerpo, las raíces que flotan
¿QUÉ jarrón?
lo transparente detrás de lo cual se advierte un
interior retorcido
interior retorcido
SE abren los malvones
rojos
al día
y a la noche todavía perfuman los narcisos
eso
no lo había advertido nadie
PERO es así de grave, un niño solo en el recreo. Sueña con saltar.
Pasan la noticia en la televisión.
El mundo es un lugar muy peligroso. Nos concentramos en contra.
De lo seco.
De lo austero, de lo pobre.
La maleza del monte es descubierta, en la hoja del machete, reflejada.
Soy la protagonista. Estoy a favor. Lucho.
En lo denso. En lo oscuro. Montan el sueño y su desenlace fatal.
Y en la carretera interceptan un camión de ganado. La gente tironea, descuartiza. El
taxista lo recuerda bien.
El hambre, me dice.
Hay que ser salvaje como una
flor amarilla.
ANDREA LÓPEZ KOSAK (1976, Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina
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