Gerhard Falkner




Verano, eso dicen todos





sólo un verano, o algo así

dicen las voces,

sólo un verano

uno inmenso, o algo así,

que, sea como sea sin llamar

irrumpe, que, sea como sea acontece,

envuelto en polvo u ornado

de flexible temblor

supera en silencio un lento comienzo,

que surge como un cine

en cada región,

y, entonces, alguien como tú, que

por error

con los labios cruzados

y, en silencio, la frente contra

el tallo inclinada,

una nuez tostada

cuenta en el regazo

(pero siempre sólo la misma)



arriba, sin embargo, nadan

fustigadas por los ojos

las islas, para sí, cada una

manos desmezcladas,

que oscilan y se estiran como cañas,

altímetro en lo alto,

sobre la vela de la mano

                     allí nadan

por el frío espiritual

en blanca y negra luz desmembradas

las mitades del verano,

tal madera de proa,

                     entre sí van chocando,

y cuánta desolación,

                     en renovada desolación








Gerhard Falkner (1951, Schwabach, Alemania)

De: ‘Oh, la mesa  y otros poemas’, Pen Press, New York, 2007.

Traducción: Clara Janés


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