Miguel Martínez Naón | El poeta ocasional

Miguel Martínez Naón


Escondidas



Se ocultan
para no ser despedidas del alma.

El barco que las atraviesa se hace polvo.

Se quitan de encima los escombros se sacuden
las enaguas.
Ya pasó lo peor dice una
quitando los diarios que forran los ventanales.

Se propaga la luz.
Expuestas al gentío los ojos como postigos se enlutan.

Dos mujeres en un cuerpo
atravesadas por un barco.

Lo advertí desde la vereda de enfrente
cuando  sus ojos me abandonaron.


Todo


Para G.A con cariño


El río que yo más quiero,
no se puede detener.
Con el ruido de sus aguas,
no escucha que tengo sed

(Violeta Parra)



Nadie quiere quedar atrapado
como un pez
o llorar.
Hay cielo suficiente
para ver más allá.

Pero mi corazón, recóndita sed,
llora lo hueco y lo desmesurado
en su canasto.

Todo lo que no es río es miedo.
Miedo lo que sobró de la cena,
soldados de cáscara,
claveles a destiempo,
miedo.

Lo que no es alma es carozo,
y al mundo sólo lo conciben los niños.

Lo que no es luz es chatarra,
un rastrojero lanzado al infinito,
óxido en el aire que no da de beber.

Lo que no es inocencia es rencor,
un tango sin autoría,
los alfileres de ginebra,
eso que ya conocemos.

Una sonrisa común,
una sonrisa aquerenciada,
sentí que me pedías
una sonrisa
así
muy de cerca
sentí
que me pedías

y no era
yo
lo suficiente.


poesía argentina
MIGUEL MARTÍNEZ NAÓN 
( 1976, Buenos Aires, Argentina)
De: "Estación de servicio"


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