Desde el último piso del camión se asoman hocicos de corderos
Desde el último piso del camión se asoman hocicos de corderos.
Hay una especie de prado reconstruido en lo alto
que roza las cabelleras de los árboles.
La tierra se aleja
y la hierba es un deseo continuamente verde.
En la primera parada los animales balan
se asoman afuera a respirar el aire.
Nosotros detrás, empequeñecidos, con el ansia de ir más adelante,
apretados en una faja de sol.
Del otro lado de las barreras el paso a nivel.
De este lado, en el recinto, los corderos se calientan juntos
con otra pasión de vivir.
Los pilares de la autopista se hunden en un hoyo.
El pueblo se encierra dentro de espaldares negros.
La autopista se desliza alejándose
en una estría humosa de vía láctea.
Los corderos se fueron con su deseo,
con su dolor de no pastar.
La hierba se agranda, a los lados, en el abrazo del viento.
El cielo huye arriba.
Corremos, más arriba de los árboles.
Y todo nos saluda con leves gestos ondulando.
Todo se hace indistinto.
Ya no se puede permanecer.
RITA BALDASARRI (1944/1999, Santo Stefano Magra, Italia)
De: "Ojos de gato", Icaria Poesía,1997
Traducción: Carlos Vitale
Imagen: Jan Van Eyck
0 Comentarios