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W. H. Auden



Musée des beaux arts




En punto a su sufrimiento jamás se equivocaban
los maestros antiguos. qué bien entendieron
su lugar en el mundo, como acontece siempre
mientras otros almuerzan o cierran la ventana
o se pasean, simplemente, sin nada en qué dar.
Cómo,si los mayores religiosamente esperan
el nacimiento milagroso, tiene que haber también
niños sin especial interés en que ocurra
patinando en la alberca del bosque. No olvidaban jamás
que el horrible martirio ha de seguir su curso
de cualquier modo, en un rincón, en algún sitio mugriento
donde llevan los perros su vida de perros, y la jaca del sayón
se rasca la grupa inocente contra un árbol.
En el Ícaro de Brueghel, por ejemplo. Con qué tranquilidad
todo se inhibe del desastre: el labrador
oyó seguramente los gritos de socorro, el chapoteo,
que para él no era una catástrofe. Brillaba el sol
como brilló en las piernas blancas al sumirse
dentro del agua verde, y el esbelto navío
que ha debido de ver algo inaudito
un muchacho caído del cielo,
iba hacia alguna parte y navegaba en paz.


Leer otros poemas de W.H. AUDENaquí
De: "Antología de Poetas Ingleses Modernos, Gredos, Madrid, 1962
Traducción: Jaime Gil de Biedma
Imagen: www.newrepublic.com

W.H. Auden

W.H. Auden






El ciudadano desconocido







El Departamento de Estadística descubrió que era
alguien contra quien no había queja oficial,
y todos los informes sobre su conducta coinciden
en que, en el sentido moderno de una palabra anticuada, era un santo,
pues en todo lo que hizo sirvió a la Gran Comunidad.
Salvo por la guerra hasta el día de su jubilación
trabajó en una fábrica y nunca fue despedido,
sino que satisfizo a sus patronos, Motores Fudge S.A.
Y sin embargo no era un esquirol ni tenía opiniones extrañas,
pues su Sindicato informa que cumplió con su deber
(nuestro informe sobre su Sindicato indica que era de fiar)
y nuestros trabajadores de Psicología Social descubrieron
que era estimado entres sus compañeros y le gustaba ir de copas.
La prensa está convencida de que compraba el periódico todos los días
y sus reacciones a la publicidad eran normales en todos los sentidos.
Las pólizas hechas a su nombre demuestran que estaba asegurado 




                     a todo riesgo,



y su cartilla de Atención Sanitaria indica que ingresó una vez 



                    en el hospital pero salió curado.



Tanto Sondeo de Producción como Alto Nivel de Vida declaran
que tenía actitud sensata entre las ventajas del Pago a Plazos
y poseía todo lo que necesita el Hombre Moderno,
fonógrafo, radio, coche y frigorífico.
Nuestros investigadores de Opinión Pública están convencidos
de que tenía las opiniones adecuadas según la época del año;
cuando había paz, estaba a favor de la paz, cuando hubo guerra, acudió.
Se casó y aportó a la población cinco hijos,
lo que era el número adecuado para un progenitor de su generación 




                    según nuestro Eugenista,



y nuestros maestros atestiguan que nunca se entrometió en su educación.
¿Era libre? ¿Fue feliz? La pregunta es absurda:
si algo hubiera ido mal, con toda seguridad nos hubiéramos enterado.





WYSTAN HUGH AUDEN (1907/1973, Londres, Inglaterra / Viena, Austria) Nacionalizado estadounidense en 1946


Imagen: W.H Auden por Cecil Beaton en National Portrait Gallery

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