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Pat Boran: La estación de ómnibus, Vilna, a fines de primavera


Semillas


A Greta Thunberg


La estación de ómnibus, Vilna, a fines de primavera

y, escaleras abajo, en un laberinto de pequeños negocios
entre las bebidas sin alcohol, las máquinas de cigarrillos,
compañías de reparación de teléfonos y valijas rodantes a mitad de precio –
un kiosco con ventana de vidrio, donde se venden semillas.
Semillas y solamente semillas (quien lo hubiera imaginado)
en paquetitos de papel dispuestos sobre un sostén de alambre -
zanahoria, cebolla, lechuga, rúcula, cebollín
y tal vez granada, un brillante despliegue
de plantas y flores que me cuesta reconocer.
El reloj haciendo tictac, mi ómnibus por salir
y aún no puedo convencerme que debo moverme,
por el contrario, estoy parado mirando el mágico suceso:
una joven empleada sentada allí, sola,
perdida en las aguas turbias de su ventanilla,
de súbito, ahora, una figura salida de un mito,
encargada de estar sentada inmóvil, cuando todo el mundo
se encuentra en constante movimiento azaroso, en flujo incesante.
La mente de ella, a tono con modalidades desapercibidas,
los ciclos más largos de un gran viaje,
en tanto que nosotros vamos a toda prisa hacia las puertas de partida,
a través de una tormenta de boletos descartados.



Seed



(for Greta Thunberg)


The bus station, Vilnius, late spring,
and downstairs, in the warren of small shops
among the soft drinks and cigarette machines,
the phone repairs and half-price trolley bag –
a glass-windowed kiosk selling seeds.
Seeds, and only seeds (who would have guessed)
in little paper packets on wire frames –
carrot, onion, lettuce, rocket, chive,
and pomegranate maybe, a bright array
of plants and flowers I struggle to recognise.
The clock ticking, my bus about to leave,
and still I cannot convince myself to move,
but stand there watching magic happening:
the young assistant, sat there all alone,
lost in the troubled waters of her screen,
suddenly now a figure out of myth,
charged with sitting still when all the world
is in constant random motion, incessant flux,
her mind attuned to patterns overlooked,
the longer cycles of a greater journey,
while headlong towards the departure gates we rush
through a leaf-storm of discarded ticket stubs.


Otro poema de PAT BORANaquí
Traducción: Adam Gai




Pat Boran | Traducción de Adam Gai

El poeta ocasional. Poesía irlandesa


Carbón




La familia de mi padre perdió la vida respirando día a día
ese primo siniestro del diamante, la oveja negra más negra de todas,
extraído del espacio escondido de la tierra, rostro de los riscos de la noche,
materia oscura todo el tiempo bajo sus pies.

De panza como los bebés, hijos siguiendo a sus padres
por las cámaras medio inundadas por la filtración y el sudor,
a través de pánicos de pestes, bolsillos de aire respirable,
más profundos que las sepulturas, dentro del  recinto mismo de la muerte

y más allá, se van arrastrando; y no van solos
sino que van junto con los rezos de aquellos que dejaron arriba
con la respiración entrecortada, mirando salir al alba
a los hombres cuyas sombras el atardecer recogería a sus casas.

Hace mucho que las minas están clausuradas, los túneles inundados.

El carbón viene ahora de las galerías de mundos distantes.
El motor del imperio, frío y alienado como siempre
sigue siendo hoy  un misterio

como cuando lo tuve por primera vez en mis manos,
como  un niño pequeño que siente el relato de su tribu,
su sangre,  su dureza de cuerpo astral, historia y memoria comprimidas
en un solo elemento que la oscuridad ha sacado a la luz.


Coal




My father’s people died for it, one breath at a time,
this sinister cousin of diamond, this blackest of sheep,
hewn from the deep space of earth, the cliff face of night,
the dark matter all the while under their feet.

Down on their bellies, like babies, sons trailing fathers
through chambers half‐flooded by seepage and by sweat,
through panics of vermin, pockets of breathable air,
deeper than burial, into the very neighbourhood of death

and beyond they crawled; and they didn’t go alone
but with the prayers of those they left above
shallow‐breathing to watch them setting out at dawn,
the men whose shadows dusk would gather home.

The mines are long since closed, the channels inundated.

Coal now comes from some underworld a world away.
The engine of empire, cold and alien as ever
it remains as much a mystery today

as when I held it for the first time in my hand,
a small boy sensing the story of his tribe,
his blood; asteroid‐tough, history and memory compressed
into one, the darkness brought into the light.


PAT BORAN (1963, Portlaoise, Irlanda. Reside en Dublin) 
Traducción: Adam Gai
Enlaces:http://www.patboran.com/  https://www.lapecerarevista.com/pat-boran

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