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Otros poemas de Germán Arens



A quien leyere: el presente es, tal vez, el libro definitivo de Germán Arens; así lo comunica entre sus páginas, junto a otros severos augurios, tales como la singular ruina de una reconocida ciudad bonaerense y la imposibilidad de hallar concordia y paz en lo sucesivo.
Nada escapa a la atención del poeta: “¿Cuántas cosas parecen moverse y sin embargo no lo hacen?/ Todo aquello que creímos superior era intangible./ Habernos conformado con conocer el mundo/ utilizando solo nuestros cinco sentidos/ deparará sorpresas”. Quienes sientan el incentivo de pensar que “Otra vez en la tierra” supone otra mueca burlona a la vanagloria literaria vernácula, a la sapiencia de eruditos locales, hallarán indicios de ello, pero también un mundo que existe porque el autor ha tenido la cautela de imaginarlo antes: cualquier gesto desesperado o mundano, la inminencia del desastre permanente y la disuasión por la belleza recorren todo el volumen. “Como en la naturaleza/ Nosotros nunca hablábamos de amor”. La palabra “hoy” ha sido impresa una sola vez. Glosando a Arnold Burnett: Arens es uno de los grandes poetas de nuestra época, porque media docena de lectores saben que lo es.



EL edificio 
está lleno de gente buena.  
Yo había colgado mi ropa en el balcón, 
un broche dijo basta  
y una media voló hacia la cochera. 
Quizás exagero al decir lleno. 
Es que en el ascensor 
fue sólo una persona 
la que pegó el papelito   
que guardo  
y dice: 
 
“Quien haya perdido una media puede retirarla en el 4°B”. 
 
 

HABIÁMOS dicho que si veíamos un peludo lo agarraríamos.
Era una noche extraña, extraña en todo el sentido de la palabra. 
Primero una bola naranja se deshizo en el cielo.
Minutos después, nuestras cañas se arquearon hasta lo imposible 
y cada uno de nosotros tuvo su gran bagre de mirada casi humana.
Como buscábamos pejerrey, los devolvimos a la laguna
y cambiamos las líneas por líneas de flote.
Estábamos cada uno en lo suyo cuando mi hermano advirtió
que a nuestras espaldas decenas de vacas nos observaban.
Fue entonces que el aire cambió de frío a caliente y como una ofrenda 
de la noche apareció un peludo al que nunca matamos.



QUÉ vamos a hacer con nosotros
me pregunté mientras mi dedo índice buscaba la letra Q.
Qué vamos a hacer los que van envejeciendo conmigo…
El que todas las noches mira hacia arriba
y si no hay cielo busca referencias en el techo.
Qué vamos a hacer con ese que se parece a un galpón 
donde se guardan desde un fardo a un arado de mancera,
desde un tambor de doscientos a un bidón de diez,
desde una bomba inyectora a un ropero que encierra un recado
por la sencilla razón de que a las ratas les gusta el cuero.
Qué vamos a hacer con el padre, con el lector, con el amigo...
Con el que te dijo que la calandria overa canta si hay luna llena.
Qué vamos a hacer con ellos y con tantos otros
que me acompañan como me acompañan los perros, las bardas
y hasta el eco de las palabras de los que vivieron mi tiempo.



CIENTO sesenta sucursales
en ochenta y tres ciudades 
Diez centros de distribución 
181.000 m2 de área de ventas
Una base de transferencia
Dos frigoríficos de exportación
y once mil quinientos empleados
Todo eso tiene el súper mercado

Sin embargo fue construido 
sobre la alegría de los pibes del barrio



De: "Otra vez en la tierra", Barnacle, 2022
Otros poemas de GERMÁN ARENSaquí
Enlaces: Poéticas en diáspora | Acta literaria |Opcit poesía | Otra iglesia es imposible
Imagen: Lowell Herrero

Germán Arens: El fondo marino...

El fondo marino, lugar donde sólo
la fantasía ha reflexionado. Lugar adonde no llega el sol y los más pequeños,
cabezas con dientes que no caben en la boca, devoran a los más grandes. Las
aguas abisales casi no tienen movimiento. Sus habitantes son raquíticos y es
innecesario llevar un esqueleto. Nunca hubiera imaginado estrellas de mar con
más de cincuenta brazos, tampoco a bailarinas de color escarlata y piernas
semejantes a culebras. De acuerdo al modelo cosmológico derivado de la teoría
de la relatividad se dice que no existen privilegios, que el universo es igual
en todas sus direcciones; pero quien como yo ha subsistido alimentándose de la
lluvia de organismos y materia que provee la superficie, sabe que no existe la
más remota posibilidad de vivir dando vueltas en círculo.



Germán Arens
De: "La cáscara del huevo", Barnacle, 2019
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Germán Arens


Laguna




La ronda de matorros
que encierra la laguna
me ampara al regodeo
de olores estancados.

Nariz cenagosa, frugal en el fango.

En la tierra orillera,
caliente, mohosa;
crece el junco, la totora
y mi raigambre aventurera.

Me gustan
los lugares anegados...
se asemejan al desierto,
se asemejan a la urbe.
Y me gustan
las mariposas de alas cortas,
decoloradas...
con los ojos hinchados.
También los renacuajos.

Todo está limpio de tan podrido.

A cuatro cuadras las casas blancas.



Estampitas




Al ser
sorprendidos
por la madre de Sin Rumbo
en posesión
de fotografías eróticas,
intentamos persuadirla
diciéndole
que se trataba de estampitas...
pero nuestras manos
avergonzadas
se ocultaron.
Bajamos
del techo embreado
y en la Zanella 200 naranja
nos fuimos a la colonia.
Principiaba el mes de enero
y en las chacras
la cereza ya estaba madura.



Vizcachas




A los costados del camino
a Cuchilló-Có
está lleno de vizcachas.
Los sábados
a la noche
nos disponemos a matarlas.
Cruzamos a La Pampa
desde Río Negro
y por la ruta 22
nos dirigimos a la 154.
En el cruce ya se deja ver alguna vizcachera.
Les disparamos
desde la caja de la F100 blanca d eJara,
el sí está vestido de sábado
pero en la disbóbera
nadie lo nota,
por eso viene con nosotros
y nos hace de chofer,
mientras habla de la Vasca
todo el tiempo.
Yo tiro
con una Rubí Extra modelo 65
calibre 22 LR
mira 3-9 x 40
de 20 tiros.
El Pato tiene la costumbre
de ahuecar las balas
y tira con un Remington pajero.

Sin Rumbo
porta un Colt 38
de 2" y 6 tiros
por si aparece algún chancho.
(Esta información detallada
en alusión a los modelos
la obtuve en el buscador Google.
Nunca me gustaron las armas.)

Jara nos ilumina
con un reflector halógeno
camuflado
de 5 pulgadas,
recargable en 12 volts.

Esa noche
un vizcachón herido
se le prendió
de una pierna.



De: "Pueblada", Ediciones en Danza, 2008
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Imagen: Facebook de Germán Arens

Germán Arens, un poema inédito

Pandemia     




La amenaza hizo
que las autoridades sanitarias de Río Negro
mantengan una vigilancia epidemiológica constante
en el paso de La Adela (La Pampa) a Río Colorado (Río Negro).
Se detectaron treinta y siete viajeros
con síntomas de gripe aviar.
La Organización Mundial de la Salud
alertó que la principal diseminación del virus
es a través del transporte aéreo.
En Patagonia se obligó a posponer viajes.
La cantidad de afectados en Argentina
es de tres mil trescientas veinticuatro personas,
de las cuales murieron trescientas ochenta y tres.

China demoró en cuarentena a quienes
retornaban de zonas infectadas.
Estados Unidos, país en que se declararon los primeros casos,
ordenó una emergencia nacional de salud,
En Europa los pilotos de vuelos internacionales
deben informar si trasladan pasajeros con síntomas
antes de obtener el permiso de aterrizaje.
Corea del Sur, Singapur, Indonesia, Tailandia,
Japón y Filipinas, activaron scanners termales
y examinan a todos aquellos que provienen de Norteamérica.
En México los casos ascienden a veintisiete mil afectados
y dos mil cuatrocientos setenta y tres muertos.
El virus se extiende, implacable… por todo el planeta.
El virus se transmite, implacable… de persona a persona.
Científicos del mundo entero trabajan en la elaboración de una vacuna protectora.
El impacto es devastador. Nos enfrentamos al peor bioterrorista
de la historia… La Naturaleza


De: "Clase B", inédito
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Germán Arens

Descanso



Apoyado
en el arado de rejas
descanso.
Dejé las luces
del Massey
encendidas.
Silbo

un silbito triste
y las liebres
de orejas paradas
se me arriman.
Una lechuza
avisora vidente
en uno
de los postes
de un alambrado de cinco
hacia el campo
de quien
se dirige la muerte.
Estoy
abajo del cosmos
pendiendo
de la tierra
patas para abajo.
Hasta hace un momento
estuve cerrando
un cuadrado perfecto
de hectáreas abiertas.
Cuando termine
de silbar
voy a dar
diecisiete vueltas más
hasta cerrarlo
del todo…
y una vez
finalizada mi tarea
voy a dejarme ser
por unos instantes
el punto central
de un cuadrado
perfecto.

GERMÁN ARENS
 (Bahía Blanca, Argentina, 1967)
Imagen: Fernando Fader




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