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Esteban Peicovich

Esteban PeicovichMi mujer en Rayos



Un amoroso estudio radiográfico de mi mujer
permite comprobar que la naturaleza
contempló también su belleza interior.

Por ejemplo, esas teselas bizantinas
caídas por el tallo de su guitarra oculta.

Se le ve en su vestido más noche
la desnuda luciérnaga.
Hay ese breve recodo en su columna
y luego la protocolaria curva sonriente
sobre la que descansa el sistema
de su elegancia serenamente náutica.

Hay sus riñones, con ronroneo de Alhambra
y el arco dispensador de sus caderas,
un miriñaque obsceno
ofrecido hasta el fin.

Y hay la Vía Láctea en viaje intercostal
y una rosa que dice si y no, desde un andamio.

También se muestra nítido el esternón
donde suele esperarme.

Estas son apenas las primeras imágenes
de la constelación de mi mujer por dentro.
Dar las de afuera escapa a las angulaciones
y compases de la astronomía.

Sólo se sabe que no tiene término
y que aun dormida ondula,
en pliegues invisibles,
como una buena luz.


Otros poemas de ESTEBAN PEICOVICHaquí
Fuente: http://www.peicovich.com/poesia/
Imagen: www.wikipedia.org


Esteban Peicovich

Al pavo real     



 Tonto de aldea, volado palabrista 
    íntimo inválido esquimal 
    concertista de silbos. 

    He aquí destinos que hoy recomienda
    el buen sentido.
    También tuareg, paria en Bombay
    hombre-que-saca-fuego-por-la-boca
    lector de aguas Paraná arriba
    Paraná abajo.

    La poesía es la misma.

    La antesala de Pero Grullo.
    Los rayos que le dibujamos al sol.
    La palabra buendía, mi amor cuando
           me ama.
    Y yo cuando soy otro.

    Y en el banquete
     la manzana en la boca del cerdo.
     La pasión es la misma.

     Celebrar el diccionario inacabado:
     yeti, cinabrio, ruiseñor, pálpito, furia,
     y abracadabra y alhucema
     y etcétera: el nombre anónimo de Dios.


     La instrucción es la misma.
     Evitar la incertidumbre de los pájaros
            muertos.
     No dejarse amaestrar por el hombre
            del faro.
     Eludir el mercado central de la ciudad.
     Huir de la vecindad de la cebra.
     No mejorar la especie.
     Conmover a la lluvia.
     Seducir a la oca.
     Desfogarse.
     Volar.


Esteban Peicovich
ESTEBAN PEICOVICH (1930 / 1918, Zárate, Provincia de Buenos Aires, Argentina)
Fuente: Facebook de Carlos J Aldazábal
Imagen: www.perfil.com




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