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Carlos Battilana: ¿Qué fatiga, qué bellísima fatiga nos disuelve?

Poeta Carlos Battilana con remera negra en foto blanco y negro



Liviano ante las ruinas de este jardín, 
el aire 
que atravesó ciudades y ríos 
roza la superficie. ¿Qué 
fatiga, qué bellísima fatiga 
nos disuelve? 
En esta tarde de junio 
de un cielo plomizo
dejo atrás lo que viví,
y el escaso margen que queda,
el frío
es
-sabemos-
una llama blanca
que encenderá una letra, una voz y
una caligrafía
con que se pueda escribir
eso que cada uno,
a su modo,
conoce:
que las horas y los días,
que las lluvias torrenciales
son apenas
hechos pasajeros
que más allá
de sus destrozos,
los temporales pueden dotar de fuerza
a los seres
inmersos
en su estruendo
y que el olvido,
que todo lo arrasa
y todo lo ve,
no tiene fin
que, a pesar de todo,
las tempestades
pueden volverse benignas
como animales nocturnos
disolviéndose.



Otros poemas de CARLOS BATTILANA, aquí 

Carlos Battilana


Consuelos    



Bajo el peso de muchos objetos 
soy una sombra 
que lejos de desear 
administra 
las horas. 

En ese estado
donde tiene más lugar
el ruido de las cosas
que el silencio
de las palabras
vivo sin saber
si
las aguas van o vienen.

Lo amable
de esto
no se comprende. Oriento
mis brazos
al oscuro mal
de lo monótono
y nadie admite
- ni siquiera los ausentes -
que es el único camino.

Como una luz fatal
la antigua tradición
seguramente
concibe
en la conciencia de este quebranto
un acto
de belleza.



Paisaje





En estos días
luego de numerosas letras
y lecturas
puedo decir
que los gritos
temblorosos de mi hijo
me desvían
me llevan como en una estepa
a los árboles
inermes, al límite
blanco donde comienza




la debilidad.  Hundirme en la nieve
para que el grito
desbordado se tapone
de frío, para que la bilis
negra de cada noche
comercie su evidencia
con el hielo congelado…

Bondad, herida sutil
que los otros pueden conceder
y nosotros, nuestro tiempo amoroso,
lo que acumula
es paciencia y rencor,
aunque los sentimientos
se contradigan.

Trazo una línea 
en el borde de la llanura
apoyo mis pies,
uno en cada sitio,
y como un aborigen
destrozado
por la Conquista
retiro mis viejas oraciones,
deshecho mi viejo lenguaje,
devuelvo mi memoria a la tierra
y camino,
como las arañas, o los
insectos invisibles,
en busca de una Biología
más elemental.


CARLOS BATTILANA (1964, Paso de los Libres, Corrientes, Argentina)
De: jinetesdelocio.over-blog.es (Consuelos) y surdebabel.com.ar (Paisaje)
Imagen: hurlinghamcxc.com.ar

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