El verano es una estación de amor, de pasión, de sentimientos que se desvanecen, se liberan bajo la luz descarada hasta quedar desnudos. Sin embargo, este no es el Estate corsara de Alessandra Corbetta. Corsario inherente al ir de prisa, en el libro encontramos un amor que a la carrera saquea, destruye, depreda los sentimientos del otro, el verano, en cambio, es el alma del poeta, el punto de partida. El oximorónico título, al fin y al cabo, resume con precisión el mal tiempo de las relaciones de este comienzo de siglo al que las parejas casi se han acostumbrado, habla del cansancio “de quien intentó ser pero nunca fue”. El “vientre” se vacía, pero no son “mariposas”, el “te extraño” no es una voz, sino un simple escrito en una pared, ¿el encuentro es acaso “condena o redención”? Corbetta se da cuenta del cambio, lo huele, lo ve en el lugar que es su espejo, Cattolica, que aquí se transforma en un «talismán». Bien lo escribe Marco Sonzogni: «El de Alessandra Corbetta es el verano: un verano pirata que no espera – y no perdona». Aquí todo es una transición, una crisis de cambio, todo es un «precipicio» del que a veces, sin embargo, se retoma el vuelo.
Alessia Bronico
Verano del 2006
Así el mundo estaba
en la sucesión exacta de sombrillas azules.
Una chica las atraviesa con las piernas largas
que sostienen descaradas el sentido del verano.
Otra en la mesa pide agua y menta,
las trenzas moras caían sobre sus hombros
y en años iguales a oraciones que comienzan con quizás.
Quien las mira bebe jugo de piña con hielo
y medita algo para agregar al recuerdo
de quien intentó ser pero nunca fue
en la sucesión exacta de sombrillas azules.
Una chica las atraviesa con las piernas largas
que sostienen descaradas el sentido del verano.
Otra en la mesa pide agua y menta,
las trenzas moras caían sobre sus hombros
y en años iguales a oraciones que comienzan con quizás.
Quien las mira bebe jugo de piña con hielo
y medita algo para agregar al recuerdo
de quien intentó ser pero nunca fue
San Marino
San Marino estaba en la niebla
como una sorpresa roja en el año
de la primera vez.
No te imaginas cuántas cosas
permanecen ocultas de dios, no puedes
ver el ejército desplegado defendiendo
las sílabas de nuestros nombres.
Cuanto más abrimos los ojos, más
San Marino desaparece: permanece
la altura de la roca, el miedo de ver que
todo es precipicio
como una sorpresa roja en el año
de la primera vez.
No te imaginas cuántas cosas
permanecen ocultas de dios, no puedes
ver el ejército desplegado defendiendo
las sílabas de nuestros nombres.
Cuanto más abrimos los ojos, más
San Marino desaparece: permanece
la altura de la roca, el miedo de ver que
todo es precipicio
Estate 2006
Così il mondo stava
nel succedersi esatto degli ombrelloni blu.
Una ragazza li attraversa con le gambe lunghe
che reggono sfacciate il senso dell’estate.
Un’altra al tavolino ordina acqua e menta,
le trecce more scese sulle spalle
e su anni uguali a frasi che iniziano con forse.
Chi le guarda beve succo d’ananas con ghiaccio
e medita qualcosa da aggiungere al ricordo
di chi ha provato a essere ma poi non è mai stata
nel succedersi esatto degli ombrelloni blu.
Una ragazza li attraversa con le gambe lunghe
che reggono sfacciate il senso dell’estate.
Un’altra al tavolino ordina acqua e menta,
le trecce more scese sulle spalle
e su anni uguali a frasi che iniziano con forse.
Chi le guarda beve succo d’ananas con ghiaccio
e medita qualcosa da aggiungere al ricordo
di chi ha provato a essere ma poi non è mai stata
San Marino
San Marino stava nella nebbia
come una sorpresa rossa nell’anno
della prima volta.
Non puoi immaginare quante cose
restano nascoste a dio, non puoi
vedere l’esercito schierato che difende
le sillabe dei nostri nomi.
Più spalanchiamo gli occhi più
San Marino scompare: rimane l’altezza
della rocca, la paura di vedere che
è tutto precipizio
come una sorpresa rossa nell’anno
della prima volta.
Non puoi immaginare quante cose
restano nascoste a dio, non puoi
vedere l’esercito schierato che difende
le sillabe dei nostri nomi.
Più spalanchiamo gli occhi più
San Marino scompare: rimane l’altezza
della rocca, la paura di vedere che
è tutto precipizio
Fuente: Vuela palabra
Traducción: Marisol Bohórquez Godoy
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