AEROLINEAS ARGENTINAS
Ella leía Cien años de soledad
en un idioma extranjero.
Mientras yo tiritaba de miedo
al mínimo contacto posible:
su mirada.
Al roce con su piel,
quise que el avión
siguiera volando alto,
muy alto y sin destino.
Pero las doce horas de vuelo
pasaron tan rápidas, como en el cine.
En la cinta de equipajes,
tomó su maleta y se marchó,
sólo un gesto con la mano
como una caricia
invisible sobre mi pelo.
Y entonces supe,
que las historias de amor perduran,
aunque nadie las escriba.
ALEJANDRA PIZARNIK
Un buen día Alejandra,
de la mejor manera, me dijo:
–Háblame del miedo.
Y le hablé de mí.
Le conté que el miedo
viste de negro como la culpa,
no se cansa, lleva sombrero
y se cubre con sal de mercurio
en la transparencia de los espejos.
Le aseguré
que lo iba a reconocer,
que bastaba sentir
las tuberías tóxicas,
las venas de una casa.
Le pedí que despertase,
que fuese valiente,
que no fuera como aquellos
que se pierden
en miedos ajenos
para siempre.
MIGUEL ROLLÓN (1963, Navaltalgordo, Ávila / 2022, Madrid, España)
Fuente: Revista Altazor
Enlaces: Círculo de poesía | Ablucionistas
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