8
Está corriendo por dentro
de los ojos
un río,
un imparable río tremendo
cuando veo tus pies y su andar suavísimo
sobre este campo florido.
Algo en mí se enciende,
algo palpita otra vez; yo,
que estaba en lo frío,
que tanto tiempo estuve en lo frío y en lo obscuro
hoy me prendo a este halo lunar
y paseo contigo por el jardín.
Allá abajo,
en los inmensurables estratos
duermen los ejércitos, sus huesos
impulsan ardor y laten con esta luna.
Se colma el aire de fétidas voces.
Brindan su perfume
las flores nocturnas.
6
Hay días que llega hasta mi lecho
el perfume del rocío,
la finísima niebla que se alza
corrompida.
¿Fue por estos mismos senderos
que marcharon los ejércitos?
¿Fue aquí donde la caballería a galope
llevó en los ojos el miedo hecho piedra?
¿Fue aquí que mostró su rostro la muerte?
Corrió la sangre en este campo,
en el que ahora florecen
azaleas, canolas, dientes de león.
Observa cómo todo persiste unido:
Aquí vienen los amantes,
a descansar bajo el sol y dar voz a sus promesas.
No hay nada nuevo en verdad,
que siga su curso el río.
20
Cuán fuerte son estas olas, su revelación.
Aquí
sucede todo lo que somos.
La noche llueve sobre nuestro sueño
y aquí conviven todos los espacios,
todas las respiraciones, las lágrimas vertidas.
Esta tierra atesora:
tanto llanto
tanto amor
vastísimos campos floridos
sobre estratos y huesos enterrados
el beso húmedo de los amantes,
se yergue desde lo hondo de la noche.
SERGIO LEANDRO (1981, Cienfuegos, Cuba)
Enlace: Otra iglesia es imposible
"El desocupado lector que acceda al libro de Sergio Leandro atestiguara cómo el soplo de la poesía cobra vida en tanto inflexión de una voz, cómo corre en el crepúsculo o bajo la claridad lunar. Tras esos destellos será apartado de cualquier efusión sentimental, ya que en vez de producir la ilusión y la añoranza, cada verso nos despierta de ellos (“como quien deja una ñor/al cuidado de los vientos. Los poemas que componen "Hálito" se abocan a un signo concreto mediante el cual recordar algo ausente o imposible de designar en primera instancia — de manera precisa o característica — se torna desafío (“Una canción al oído,/ un corazón que rápido se agita/ debajo de estas piedras"], y en el fondo del silencio está el silencio, todos los lugares que lo incluyen al mismo tiempo, en un solo instante, perseguidos desde un solo ángulo, desde los diversos vapuleos que fluyen tan fugitivos y cuyo sentido es la perdición, la escritura por otros medios; o en casi una referencia arcaica, la mera y sencilla esperanza (“La sangre, cielo mío, nos canta")."
De: "Hálito", Barnacle, 2022
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