Quedan manchitas
en el plato
unas pocas semillas
de lino y girasol
(pasadas de horno)
me seduce ese conjunto
tal vez mañana
( un poco más hacia el mediodía)
extreme mis cuidados
y no escriba
esta noche no hay límites
pero al sol le tengo miedo
( entonces nos perdemos)
hay luna
hay estrellas
está la propia cadena
de ADN
está nublado
todo es difuso
nada tiene que ser
exacto
( es más fácil)
y estoy sola.
encendí una vela de miel
es casi roja
ahora que cesó el viento
puedo escuchar breves
casi imperceptibles
bullicios entre el pabilo
y la cera
en medio la llama
pienso que estos días
se me ha agudizado el oído
o estoy más alerta a los sonidos
mi olfato recrudece en exigencia
días raros
como esta primavera
o los ciclones anunciados
la barbarie
de estar viva
de sentir estos murmullos
que huelen a colmena
a abeja reina
a obreras libando
sin miedo al sacrificio
ni a los imprevistos
porque las cosas son
y pocas veces suceden.
Ya no se sufre
es verdad
no hay sollozos
ni rabia
ni dolor
han fenecido
la obsesión
la mentira
duerme bien
casi no sueña
son lindas las mañanas
no importan mucho
el sol o la lluvia
siempre hay flores
en el jardín salvaje
azahares, jazmines,
rosas amarillas
mate al costado
buena poesía
música variada
todo transcurre sin prisa
sin sobresaltos
hay planes
hay amigos
hay encuentros
escribe.
Entonces se pregunta:
¿a qué se debe este vacío
casi marmóreo, tumba del amor?
MARÍA LAURA BLANCO (1956, Villa del Cerro, Montevideo, Uruguay)
Enlaces: Habitar el río | Intercuerpos
3 Comentarios
Gracias, Henia!
ResponderBorrarBuenísimo. También accedo a él gracias a María Laura Blanco, a la que le agradezco.
ResponderBorrarSaludos!
Muy bueno. Gracias, María Laura.
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