Dos poemas de Alberto Cisnero

Alberto Cisnero

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escuchamos la marcha de los trenes 
que se alejan de la ciudad bajo el último fulgor 
dorado de la tarde. muevo mi mano en su pelo 
en la oscuridad de la galería. cualquiera de esas 
cosas puede ser verdad. buscamos un calor 
que no sea el propio. una ventana detrás 
de la cual sentirnos seguros. y una vez ahí 
saber que ya no volveremos a otros sitios. 
entonces lo recordás, entonces empieza 
realmente. ahora sólo se oye un crujido.
quizás sea el viento, el río, un primer
traslado. habrá que nombrar todo de nuevo.



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sea lo que fuere, pronto me voy a sentir inducido,
sensible al contacto con  el aire y con el agua.
descifrando libros, intercambiando libros,
prosando de libros. prescindiendo de cosas
que creía mías, a la vez que disminuye
el contenido de la botella. dedicamos tiempo
a una tarea propia de inadaptados, señuelos

que acaso deparen goce o zozobra a otros.
lo que pedimos a las formas de las estrellas
podrá ser fácilmente leído desde el suelo.
fuera de las portadas, en el otro mundo,
las cosas sólo se limitan a suceder.


De: "Media hora con el autor", Barnacle Libros, 2021
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