Hernán Sagristá | El poeta ocasional

Hernán Sagristá


Desmenbranza (anotación en los bordes)     



El tiempo de las rocas no es el mío. Aun cuando apile mis restos una y otra vez, mil tosquedades cobran forma, vida, despiertan el asombro de quienes, de una pieza, nunca sufrieron contradicciones. Luego, una y otra vez vuelvo al punto cero, al principio de viento, olvido reluciente, magma que en potencia ha sido todo y nada. En el fragmento puja un tejido sanguíneo que emula escoriales de formas abigarradas. Atesoro la impureza de una combustión imperceptible. Hago de eso una liturgia que subo a mi nube a la espera de un guiño. Ficción de una roca hecha de mezcla de rocas enfriándose en la tolva. Eso soy. Tiempo al rescoldo apenas iluminado, un cuarto interior que todavía intercambia baratijas con la infancia.



Servicio meteorológico 



Ante la inminencia de un aguacero, en algunas culturas, la roca de imitación se entra a la casa como se entra la ropa colgada, los juguetes del hijo, las sillas plegables. 



Estilización

a.

La figura de un venado estilizada hasta volverse irreconocible. En un lugar de América del Norte, una mano primitiva renueva la roca con tintes herrumbrados al fuego. Se aleja para dar aparición a la mirada.  Vivencia machacada hasta el extrañamiento, lo sobrenatural, lo íntimo. Material y soporte son uno. Entonces, la pregunta caída en el silencio por la estilización de la roca. Una gestión de incidente buscará una salida descansada en modelos y patrones, la tentación de cerrar el evento apelando a la escultura, más precisamente, la escultura clásica. Pero en ese caso, estaríamos frente a la roca como medio y no como fin.





Hernán Sagristá
HERNÁN SAGRISTÁ
(1974, Buenos Aires, Argentina)
De: "Falso inanimado", Barnacle, 2021






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