Adi Keissar | El poeta ocasional

Adi Keissar


Ars poética      




Fui a un evento poético 
estaba allí uno 
leyó las palabras 
con tono serio 
para que yo supiera que sus palabras eran importantes. 
Después subió una 
leyó las palabras 
con tono triste 
para que yo supiera que sus palabras eran conmovedoras. 
Después subió otro
leyó las palabras
con tono de actor
para que yo supiera que él sabe
él sabe
leer poesía.

Y todo lo que yo quería era
que ellos leyeran como si
me hubiesen llevado a una comida
familiar a casa de sus padres
y mientras todos comían
hubiesen quitado
el mantel de la mesa
haciéndolo volar así
por los aires
con todos los cubiertos.


Negro sobre negro




Con un fuerte acento me amaba mi abuela
y me decía palabras yemeníes
que yo no entendí nunca,
y cuando era niña
recuerdo
que tenía miedo de quedarme a solas con ella,
temía no entender la lengua de su boca
que seguía sonando para mí con una sonrisa,
y no entendía
ni una palabra de lo que decía
los sonidos se oían lejanos lejanos
incluso cuando me hablaba de cerca.
Una vez
recuerdo,
me compró un Prily de piña
y tras haber roto con el pulgar
la tapa fina de aluminio
y habérmelo bebido entero,
quería decirle gracias,
pero no sabía
en qué lengua.
Entonces salí a un gran jardín,
recogí una flor
y se la di,
avergonzándome
recuerdo
cuánto apuro había entre nosotras
de la misma sangre
y de dos lenguas mudas.
Lavó el vaso del Prily
en silencio
lo llenó de agua
y le puso dentro la flor que le di.

Nunca entendí
ni una palabra de lo que decía
mi abuela,
pero sus manos las entendía
y su carne la entendía
aunque no
haya entendido nunca de verdad
las palabras que decía
y ella sencillamente amaba mi pequeño cuerpo
de la hija de su hija.

A veces al corazón se le ocurren
cosas extrañas
como aprender la lengua yemení
y volver a visitarla
para pegar los labios sobre la tierra
y gritarle dentro
todo lo que había querido decirle
aquella niña


ADI KEISSAR (1980, Jerusalén, Israel)
Enlaces: Trans Reveu de Litterature | Poetry International

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