Jorie Graham







Esto




Luna llena, y las ramas del árbol vacío—corrección—las ramas
del árbol,
la exponen y rescatan, de repente, la dejan fluir y aumentar un poco, después
la envuelven otra vez,
tratándola como algo sin valor, ningún tesoro allí arriba se torna más
azul e incandescente,
cuando el viento agavilla las altas y extendidas ramas con in-
teligencia
en su nerviosa continuidad—de este minuto, de aquel—
Toda la luz de allí
toca estas ramas como cuerdas hasta que
puedes
escuchar la
helada ofrenda del invierno que es el viento entre los árboles que velan y
desvelan la luna, y hace
frío y
dentro de la casa alguien
manda instrucciones. Alguien cree que la muerte se puede
reparar.
Dentro hay magia, las huellas de pisadas nunca se hacen
visibles. La luna extiende su fluido en este ir y venir
humano sin dejar ahí huella. La luna
por toda la
idea de que ese “todo”
podría ser (y a nadie le importaría) un
juego. Ruido, sacerdotes, provincias, códigos postales,
se enroscan en la hierba
en torno a él. Los colectivos
toman el poder. El honor existe. El castigo justo existe. El sonido de
esclavos que no
son liberados. A los que se dice: queda otra vez pospuesto. La esperanza tal
como ahora existe en
ellos. Los que una vez vivieron cómo no están
aquí en esta
luz de luna, y cómo hay cosas en ella de las que uno se avergüenza
al instante, y también, al con-
templarla, el sentimiento de una lengua materna en la boca—y cómo, al mirar más lejos, puedes
hacer que esos árboles se apoyen, argentados, en
la idea de lo universal—apoyarse realmente—los extremos de sus ramas intentan
arañarla—
Hasta que crepita en uno: cómo podría uno engendrar, es lo que dice el
resplandor, y que no existen países
lejanos, sí los enemigos, y como si buscases el gran manto de
individualidad (luminoso) y de
inocencia y de fortuna—levanta tu mirada: el torturador bosteza esperando que termine
su día—se apoya en
los árboles para descansar, el instrumento destella, él levanta su mirada.



This




Full moon, & the empty tree’s branches─correction─the tree’s
branches,
expose and recover it, suddenly, letting it drift and rise a bit then
swathing it again,
treating it like it was stuff, no treasure up there growing more
bluish and ablaze,
as the wind trussles the wide tall limbs in-
telligently
in its nervous ceaslessness─of this minute, of that minute─
All the light there is
playing these limbs like strings until
you can
hear the
icy offering of winter which is wind in trees blocking and
revealing moon & it’s
cold &
in the house someone is
sending instructions. Someone thinks death can be
fixed.
Inside it is magic, footprints are never made
visible. The moon slicks along this human coming and
going with no prints to it. The moon
all over the
idea that this «all»
could be (and no one would mind) a
game. Noise, priests, provinces, zip codes
coil up out of the grasses
towards it. Groups
seize power. Honor exists. Just punishment exists. The sound of
servants not being
set free. Being told it is postponed again. Hope as it
exists in them
now. Those that were once living how they are not
here in this
moonlight, & how there are things one feels instantly
ashamed about in it, & also, looking at it,
the feeling of a mother tongue in the mouth─& how you can, looking away,
make those trees lean, silvered, against
the idea of the universal─really lean─their tips trying to
scratch at it─
Until it sizzles in one: how one could once give birth, that’s what the shine
says, and that distant countries
don’t exist, enemies do, and as for the great mantle of
individuality (gleaming) &
innocence & fortune─look up: the torturer yawns waiting for his day to be
done─he leans against
the trees for a rest, the implement shines, he looks up.


JORIE GRAHAM (1950, Nueva York, Estados Unidos de NA)
Traducción: Rubén Martin
Fuente: Trianarts
Enlaces: Seis poetas norteamericanas en La Tribu | The Poethic and Jorie Graham (en Inglés) | Vallejo&Company
Imagen: Mundiario

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