Macerar
Siempre almaceno datos inútiles.
El corazón del camarón está en su cabeza,
el de la ballena tiene el tamaño de un auto
y unas venas por las que podríamos nadar.
En la tierra caen diez toneladas de polvo espacial.
Las estrellas mueren y a veces continúan vivas.
Todo es, en su actitud, tan extraño y supuesto.
La sombra que buscamos, por ejemplo,
todavía desconoce el momento de la huida.
Muchas son las voces en un solo cuerpo.
Dame coraje para entender quién habla.
El corazón del camarón está en su cabeza,
el de la ballena tiene el tamaño de un auto
y unas venas por las que podríamos nadar.
En la tierra caen diez toneladas de polvo espacial.
Las estrellas mueren y a veces continúan vivas.
Todo es, en su actitud, tan extraño y supuesto.
La sombra que buscamos, por ejemplo,
todavía desconoce el momento de la huida.
Muchas son las voces en un solo cuerpo.
Dame coraje para entender quién habla.
§
A veces recuerdo
el primer deseo:
irme lejos
a un lugar que sea natural.
Creo en los ritmos tristes de la ruta
en las pequeñas fábulas
al costado del camino
en el verano atemporal
que vive mi cabeza.
Mantuve el amor
cuidadosamente:
lo que antes
me hacía reír
ahora me hace llorar.
Siempre es así
lo que no llora de un lado
llora del otro.
Me gusta ir al río
sentir el orden invisible
lo hermoso y putrefacto del puerto.
JIMENA ARNOLFI (1986, Buenos Aires, Argentina)
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