24
Como un amor que se estrangula a sí mismo,
así es el río. El amor no se tolera a sí mismo y sólo lo tolera
el que pesca con tanza, el de pocas luces.
Es mejor, decía, pescar en la oscuridad.
evitar la pasión, que termina en oscuridad.
Y no con absurda caña, sino con tanza, cordel
que tiembla sobre el costado del dedo,
que presiente la gravitación del pez.
El río no se tolera a sí mismo, por esose abre, se aparta de todo, lleva
lo que encuentra, que no es mucho, pero
no desespera, se abre más, porque esa es la ley
de la llanura, sobrevolada por loros.
Todo canta a su alrededor. El río lo consigue
pero no escucha cantos: los envuelve, los diluye,
los lleva.
Liberado de pasión, no de amor, el río no es él mismo.
Una gota de vino cuelga a veces del labio
del pescador, se embriaga apenas, a veces.
Pero no pregunta lo que no comprende.
Apagó todas sus luces, como el río,
al que iluminan apenas el farol de una canoa,
los astros.
Carpe diem
Muchos creían oír el
sonido del día
sino el sordo caer de la
civilización,
Y a esto el encierronos conduce, pero no han
puesto
todavía final a nuestracabeza,
y eso es lo mejor quepodemos decir de este eufemismo.
Ya no llueve como antesllovía: es lo cierto.
Nosobre adoquines como los
de antes,
aunque aquello fueratambién ilusión.
El nombre de la verdadno era aquel
resplandor sobre unostechos de teja
después de la lluvia enel barrio del Aeropuerto;
no los confusos truenosdel cielo o de los aviones
entre nubes gris ygualda.
Quizá tampoco esa confusión,fue la verdad. Ni ese
sonido
que llamaste díay es para mí el de una
rajadura que se extiende
por la totalidad de lascosas
y sólo oímos vos, yo,los inútiles que no
tienen
otra cosa que escuchar.De: "El río y otros poemas", Barnacle, 2019
Otros poemas de JORGE AULICINO, aquí
Otros poemas de JORGE AULICINO, aquí
0 Comentarios