Alberto Cisnero: Adiós con escénica rapidez | El poeta ocasional

Alberto Cisnero: Adiós con escénica rapidez


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polvo y niebla de los callejones, ya no me 
siento solo. espero no llegar muy lejos, espero 
que por la mañana me encuentren sonriendo 
por un sueño que no se truncó. mirando largo 
rato el blanco de la página, en silencio. 
la tierra mantiene su imperio despedazando
hombres, puentes, casas. levantamos banderas
ajenas y hasta alguna nuestra. cualquiera
puede identificar y elegir el bien. esa es mi
tapera, mi destrucción, mi fantasía desarticulada.
aquí estoy, alegre, dispuesto a incluirla
en la deferencia sutil de algún epigrama.
y recuerden los viejos camaradas: no recitamos
los mismos libros que nuestros mayores,
los suplimos con furor.



27



sucedió algo determinado. prometí algo
sin decir qué,rendí las llaves de una ciudad,
lo empeñe todo y empecé de nuevo.
para escribirlo. para procurar evidencia.
para obligarme a creer en esa peripecia que hace
brotar flores de mistol, del aire, tan sólo
con aludirlas.definitivamente, no hay prisa.
un cielo impecablemente negro, el papel
limpio y vacío y perfectamente ordenado
mientras nuestras moléculas se confunden,
tienden hacia lo que van a destruir, establecen
su propia relación con el pasado.
cosas que uno nunca aprendió
y que recuerda nomás. o que imagina querer.
existen como este manuscrito, un río o un rincón,
indiferentes a quien lo descifre o a quien
vaya a hundirse en él.



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todo ya fue escrito hace mucho tiempo.
los insectos estivales chocaban contra
la lámpara. ahora lo único que te resta es exponer
material de desecho, reiterar la sencilla crónica
de su pasado,los atributos externos
con los números pegados en ellos para los salones
de subasta. y que sea incompleto o repelente
en la vetustez de su tema. estuviste ausente
y encontrás de pronto las puertas cerradas
y las ventanas a oscuras. y tras el frescor de ese
primer cortejo, devuelto a su sentido prístino
el impulso de ponerle un fin iracundo, resolvés
escribir otro poema (cedido, propio, hurtado),
no importa sobre qué. extendés la mano y te decís
adiós con escénica rapidez, sorprendido sin una
opinión sobre los detalles faltantes, sin ocultarte,
permaneciendo en un rincón.


De: "Forma parte de mi guerra", Barnacle, 2019
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