Juan Liscano

Juan Liscano

Siempre


A Carmen Teresa


Decirlo
No se sabe sino ignorando
cuando se avizora
cuando se prueba el saber de sabores
cuando se levanta entre las sábanas
un feroz paisaje de olores y de lianas
cuando la desnudez
               frágil y poderosa
resplandece en la penumbra de la alcoba
y el tiempo grita 
               y se oyen nombres
palabras recortadas por tijeras de fuego
y se sabe y no se sabe
               y se es sabor
y todo sabe a cuerpos vivos fermentando
recobrados los instintos cazadores
iniciales
recobrada la virtud de estar
juntos solos
y en las axilas se besa un íntimo amargo
y lo oculto abre su interior
en la prueba de probarse
contra la muerte
                         que espera.



No pasa el tiempo




No pasa el tiempo
           pasamos nosotros.
El tiempo no tiene tiempo
mas hay el desgaste nuestro
los tajos
nuestro miedo
a ser devorados por el porvenir
y cabe decir que no hay muerte
porque la muerte no muere
mas hay nuestro pavor del vacío
del hueco
de ser borrados por la ausencia.

Tiempo y muerte: vocablos
nacidos de un pánico antiguo
nombres secretos
de la poda la cosecha los renuevos.
Están en la afluencia solar de la energía
en el movimiento de la vida
en el mínimo resplandor terreno
— esas uvas que relucen en el mediodía
con su promesa y su presencia. 


JUAN LISCANO (1915 / 2001, Caracas, Venezuela)
Fuente: Digital Commons

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