QUERIDA
la mitad de mí
que está pudriéndose todavía junto a vos
en ese acantilado del Mar del Norte
no me deja dormir
te lo cuento ahora
sentado borracho
en un banco de la terminal de Salsipuedes
ya no queda casi nadie
y en unos minutos
voy a vomitar toda la felicidad
que juntamos allá en Belfast
el lunes cumplí la edad
que tendría mi vida
si la hubiera vivido con vos
PREFIERO las agujas
no me jodas con tu histeria
viví en casas de algodón
rodeado de nenas buenas
altas drogonas
lenguas de cartón corrugado
y vos
que no salís ni en los obituarios
de Eterna Cadencia
así no
no
si me hubieras visto
volver de Irlanda
en un Boeing 747
de Aerolíneas Argentinas
parchado por todas partes
desnudo en el asiento
el cinturón de seguridad cruzado en la boca
las azafatas en su orgía
y en la única mano que me quedaba libre
una jeringa con el nombre
de lo que amé
Cosas que le escribo a mi novia muerta
hace mucho que tu fantasma camina por delante mío
sabés
todavía odio a dios
tengo tu esmalte negro guardado
quisiera volver a pintarte las uñas
sueño con hijitos pelirrojos cada tanto
el año que viene vuelvo a tu tierra y no sé
si no me quedo a vivir de homeless allá
después de vos, el amor se volvió una obligación
EN Villa María estuve dos veces
otra enamorado
recuerdo solo lo importante
el novio de una piba que me encantaba
me puso pastillas en la cerveza
me lo confesó él mismo al otro día
llorando en la terminal de ómnibus
la piba en cuestión
estaba escondida en el baño
me hacía señas para que no hablara
a todo esto yo pasé ese día en una comisaría
y aún no sé por qué
me subí al colectivo
los miré cómo discutían
llegué a Córdoba
me tomé una Seven Up
juré no volver jamás
en dos semanas estaba otra vez
acostado en la cama de la piba en cuestión
escuchando Babasónicos
tomando vino de su boca
amo Villa María
no volvería
MAXIMILIANO SPREAF (1975, Buenos Aires. Reside en la Provincia de Córdoba)
De: "No soy poeta pero", Caleta Olivia, 2018
Imagen: La Voz
De: "No soy poeta pero", Caleta Olivia, 2018
Imagen: La Voz
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