Diego Brando, un poema inédito


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Hay un silencio de catedrales 
y un búho atraviesa la noche. 
Grazna y me recuerda 
que no hay descanso en los ojos abiertos, 
que el corazón lleva años latiendo. 
Y que no se detendrá hasta el diluvio, 
hasta que entregue con mis manos 
la memoria que abandoné en el campo. 
Soy el hombre peculiar que fuma 
y ve en el humo el deseo de una mujer 
calcinada como una flor en el verano,
mientras su propia cabeza se asemeja
a una piedra suelta sobre el asfalto.
Erro por los suburbios y veo el fogonazo
de mis huesos sobre la niebla.


El poeta Diego Brando con un gato negro
De: "Todo lo que se hunde" (inédito)


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