Diego Bentivegna | El poeta ocasional

Diego Bentivegna


Ma era l'Italia, / l'I,talia, / l'Italia, nuda e formicolante...
                                        (Pasolini, Poeta delle ceneri)


Allá, más abajo,
el pasto italiano prolifera, se disgrega,
sube insistente de la isla que arde
entre volcanes turbios:
se multiplica en los claros de los bosques
que se abren al cielo entre los Nébrodos.
Es el pasto que sube para el norte
por los valles que horadan la Calabria
o el Abruzzo, por las galerías apenínicas;
el pasto que roza casi la frontera
hacia el límite pequeñoburgués con Austria. 


Odorata ginestra / contenta dei deserti...
                                      (Leopardi)


Se recorta en el fondo, entre la espuma
y la sierra, el exterminador Vesubio:
padre terrible sentado entre las rocas, 
profeta formidable.

Mira el golfo africano abierto sobre Nápoles.
Mira Torre del Grecco y los retazos
de poblaciones blancas que cuelgan
de los cerros, casi acantilados.
Mira la espalda seca donde crece
a los tumbos la pálida ginestra,
la retama amarilla en la que estalla
la luz violenta, el sol mediterráneo.

Mira, está mirando
lo vegetal que asoma apenas entre las rocas.


Diego BentivegnaDIEGO BENTIVEGNA (1973, Munro, Provincia de Buenos Aires, Argentina)
De: "Las reliquias", 2013, Alción Editora

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