Carolina Musa | El poeta ocasional

Carolina Musa


Celeste




Esas palomas van
del tanque de agua al cable del cable al suelo
del suelo al alero tanque cable suelo alero rutina implacable que veo ya no espero
más la revolución palomosa.

Suelo:
Pelean por miguitas, las muy mierdas. 
Picotean el agua de los charcos.
Alero:

La taza rueda de mi mano
ensucia el piso con manzanilla y trozos de cerámica:

dos palomas
torcazas grises entre tanque y alero 
descansan en mi balcón.

Van y vienen con palitos 
los amontonan
en la maceta sin planta pronto 
el nido, dos huevos.

Incuban por turnos:
la paloma de noche, el palomo de día 

o viceversa, no sé cuál es cuál.

Cielo espléndido de primavera.
En el despliegue de puntos de fuga no 
distingo a mis palomas, sólo líneas.

A veces pienso que estoy en este mundo con una única finalidad:
mirar palomas.

Los pichones rompen el huevo 
el mismo día, son idénticos.

A veces pienso que estoy en este mundo con una única finalidad:
mirar palomas.

Los pichones caminan entre las dos macetas 
aletean hasta la baranda del balcón.
Vuelan. Ya no vuelven. 
Tanque:

Me apresuro a deshacer el nido. 
Saludo.
Desinfecto.

Cable. 
Suelo. 
Alero.


De: "Mariposas mutantes en Fukushima", Erizo Editora,2015)

Las cosas




A la siesta andábamos como fantasmas
en silencio, en bombacha, en puntas de pie.
Aunque no había represalias por el ruido
era una tradición
a medias apurada por el infierno del patio.
Mi hermana leía.
Yo pasaba horas sobre el cerámico fresco
jugando con una balanza:
dos platillos de plástico
y cinco pequeñas pesas grises.
Pesaba los objetos de la casa,
las muñecas, los adornos, los libros,
los anillos, las piedras, algunas hojas y flores 
que arrancaba del patio, la ropa,
las uñas de mi propia mano pesé.
Era cada vez una maravilla 
pero no exactamente 
la medida en gramos de las cosas sino
su relatividad, las relaciones fortuitas
de esos datos más o menos duros
4 medias=1 llave
1 birome=21 cartas
¿Qué es mayor o menor que qué?
la raqueta y la pava
los lentes y el pescado de la tía
los libros ¿cuál libro?
La fascinación de ese acto 
mecánico, cada vez 
el soberano idiotismo revelado en unas reglas
que aseguraban disponer el orden de las cosas.
“Estate atenta” dice el mensaje
que la de entonces, toda intuición,
me envió a través del tiempo
en una cápsula cromada.

(inédito)

CAROLINA MUSA (1975, Rosario, Santa Fe, Argentina)
Imagen: ceroveinticinco.gov.ar

0 Comentarios