Andrea Cabel | El poeta ocasional

Andrea Cabel



En breve cárcel


Muera lo que deba morir; lo que me callo.

Anto­nio Gamoneda


Invades el camino
De punta a punta,

Como una rueda
Y tu nom­bre mas­tica una espera
Sen­tada
Sobre el lomo de un erizo,
Con la mirada en la puerta,
Con tus caren­cias latién­dote en los ojos
Con tu esper­anza en un nom­bre de estó­mago amplio

Y mi necesi­dad de salir del borde del suelo
Para olvi­dar tu aban­dono para acari­ciar por dentro
esta vol­un­tad donde pende una línea
como una boca que se abre frente a la voz de un ani­mal que llora.

Te encuen­tro entre grandes voces seme­jantes a la mía
Esti­rando los muros con latas rel­lenas de piedras
Cubier­tas de fru­tas secas
dul­ces como el ros­tro de una anciana
dul­ces como la mor­dida de una tormenta
el camino bor­deado de plan­tas de sed, de ros­tros muertos,
Mírame, llena de puer­tas cerradas
cubierta de una infan­cia mal curada

mírame frágil

sabi­endo de mi tiempo como una habitación rota
como un colchón sum­iso al tiempo
a un cuerpo solitario
nadando entre rabia

y pudor
nadando
aus­tero
inválido.



ANDREA CABEL (1982, Lima, Perú)
Enlaces: Letras s5,La conjura de los libros
Imagen: revistacritica.com

0 Comentarios