Juan Carlos Moisés

Poesía argentina



El tomate



Corto el tomate en la tabla de un tajo,
lo parto en  mitades sucesivas,
y para no demorar lo inevitable
sigo cercenando esos pedazos indefensos
hasta hacerlos papilla, y salvo el color
rojo como una mancha de sangre
en el pecho del herido ya no podemos saber
lo que fue alguna vez, bajo nuestros pies,
su raíz hablando una lengua desconocida,
ni lo que será, después de condimentar
a gusto, sentarnos a la mesa familiar
y comenzar a comer sin culpa,
mientras conversamos animados
sobre los temas impiadosos del día.



En la casa del galés



En la casa del galés Néstor Milton Jones
al caer la noche las gallinas subían
de memoria a dormir en las ramas
del sauce grande, cuando estaba de pie
el sauce. Hablábamos, los que éramos
entones, con la pasión de la ignorancia
y discutíamos en esos días políticos
de excepción, cuando estaba de pie
el sauce. Era una época de entusiasmos
agitados, confusos, pero lo que hablábamos
no inquieta a las gallinas ni entraba
en los planes de su sueño aéreo.
Con los ojos cerrados parecían equilibristas
de circo que han ensayado muy bien
el número principal al margen de toda
confrontación, mientras apoyábamos
o creíamos apoyar con autoridad
los dos pies en la tierra firme.
El sauce grande un día se pudrió de viejo,
y esos años políticos y las gallinas y el sueño
aéreo en el sauce, cuando estaba de pie,
se fueron como se fue nuestra juventud.
No hay decirlo por decir, porque sabemos
que lo pide la malicia de la imaginación:
nada consuela, ni lo que conocemos del futuro
ni lo que seguimos ignorando del pasado.


(a Paulina Vinderman)


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Imagen: ibuk

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