Francisco Gandolfo | El poeta ocasional

Francisco Gandolfo


Una mariposa matizada...



Una mariposa matizada
por contrastes de color beige,
estuvo volando y golpeándose constantemente
contra un tubo de luz fluorescente encendido,
hasta quedar agotada cerca de mi mano derecha
que ahora está escribiendo sobre su efímera vida.
Estaba junto a mí de espaldas, rendida,
con la cara rota de tantos choques,
un ala con un pedacito menos
y sus grandes ojos negros
enceguecidos por el exceso de luz.
Hasta sus patitas finas como telarañas
estaban inmóviles.
La di por muerta, pero al tocarla se movió.
A mi tercer toque reaccionó
y se paró en sus patas.
Al verla recuperada,
seguí escribiendo y me olvidé de ella.
Cuando terminé de escribir,
vi que no estaba más en mi mesa.
La busqué: ahora cerca de la puerta.
Al llegar a ella comprobé que estaba inmóvil
y separada de la pared, como levitando,
con sus alas plenamente abiertas.
Las telitas de araña que la sostenían
eran casi invisibles.
A mi segundo toque volvió a moverse brevemente
como fastidiada de que la molestase,
mientras esperaba morirse
ante de que volviera la araña.



FRANCISCO GANDOLFO (1921, Hernando, Provincia de Córdoba / 2008, Rosario, Provincia de Santa Fe, Argentina)
Imagen: www.lasvueltasdelcamino.blogspot.com

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