El pescado
puso ante mí la orden, el pescado
se me quedó mirando
con ese ojo plano iridiscente.
y cara de qué lástima me das
comiendo solo en ese restaurante
espantoso, bajo una luz inhóspita
y entre atroces murales de Sicilia.
—También tú me das lástima, arrancado
del mar y ahora ahí tendido muerto
junto a papas hervidas aquí en Pittsburgh
—le respondí alzando el tenedor.
Así mi cena en la ciudad ajena
de ríos y de puentes encendidos
se roció con limón y vino frío
pero también con compasión y pena
de ríos y de puentes encendidos
se roció con limón y vino frío
pero también con compasión y pena
aun ya ido el plato y la cabeza
del pescado mirándome y la bóveda
de sus huesos terriblemente expuestos,
con solo perejil como mortaja.
Otros poemas de BILLY COLLINS, aquí
Fuente: http://aurelioasiain.com/2014/01/11/con-solo-perejil-como-mortaja/
Imagen: nytime.com
del pescado mirándome y la bóveda
de sus huesos terriblemente expuestos,
con solo perejil como mortaja.
Otros poemas de BILLY COLLINS, aquí
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Imagen: nytime.com
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