Uriel Martínez





poesía mexicana








La anfitriona









con los pasos breves y discretos

propios de la derrota, baja

24 escalones tomada del barandal

de la alta noche;

como en una escena en blanco

y negro, lentamente arrastra

la gabardina como quien espera

lluvia o viento;

abre el coche, mete la llave

para encenderlo y observa

en la luna del retrovisor

el cigarrillo tembloroso, anhelante;

por fin el coche arranca

en dirección al tumulto

de aquella que olvidó llaves,

cepi llo y pashmina en el baño;

si la alcanzo le digo que vuelva

que la perdono que no se agite

que llore en mi hombro que beba

de mi cáliz que acomode los espejos.










La otra









la otra, la que no quiere

volver a casa, dilata la noche

del sábado en el apeadero

para el empleado pobre;

sujeto el pelo en chongo

lleva consigo los secretos

de la noche, viste para ello

unos jeans entallados;

nunca se sube a la báscula

ni se toma la estatura 1.60,

prefiere chicles de menta

y anteojos en el tupé;

gira en un tacón cuando

desde un coche le gritan

su precio, aunque ha de

conseguir el gasto semanal;

si se le hace más tarde

sin enganchar al pez

de los billetes, sabe

a lo que se expone:

a que la encuentre el sereno

ya con el chicle derrotado

y la cama a solas.








URIEL MARTÍNEZ VILLEGAS (1950 / 2020, Zacatecas, México)

Imagen: www.elcarnavaldelolvido.blogspot.com


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