Susana Thénon





Ningún jardín justifica el amor que se ahoga 



desaforadamente








Ayer tarde pensé que ningún jardín justifica

el amor que se ahoga desaforadamente en mi boca

y que ninguna piedra de color, ningún juego,

ninguna tarde con más sol que de costumbre

alcanza a formar la sílaba,

el susurro esperado como un bálsamo,

noche y noche.

Ningún significado, ningún equilibrio, nada existe

cuando el no, el adiós,

el minuto recién muerto, irreparable,

se levantan inesperadamente y enceguecen

hasta morirnos en todo el cuerpo, infinitos.

Como un hambre, como una sonrisa, pienso,

debe ser la soledad

puesto que así nos engaña y entra

y así la sorprendemos una tarde

reclinada sobre nosotros.

Como una mano, como un rincón sencillo

y umbroso

debería ser el amor

para tenerlo cerca y no desconocerlo

cada vez que nos invade la sangre.

No hay silencio ni canción que justifiquen

esta muerte lentísima,

este asesinato que nadie condena. 

No hay liturgia ni fuego ni exorcismo

para detener el fracaso risible

de los idiomas que conocemos.

La verdad es que me ahogo sin pena,

por lo menos he resistido al engaño:

no participé de la fiesta suave, ni del aire cómplice,

ni de la noche a medias.

Muerdo todavía y aunque poco se puede ya,

mi sonrisa guarda un amor que asustaría a dios. 







Susana Thénon (1935 / 1991, Buenos Aires, Argentina)

Fuente: http://www.paginadepoesia.com.ar/escritos_pdf/Fornix_11.pdf

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