Día de la madre
Hubo un día
entre la heladera y el horno
el pollo y el fuego
el hombro y el corazón
hubo un día
en que el hijo del padre
empujó a la madre
contra la heladera
cerca del horno
le golpeó en el hombro
y el corazón
mientras el pollo se asaba al fuego.
Al este de la cordura
La belleza se encuentra en cualquier parte
en un pino coronado por un pajarraco amarillo
en la voz desesperada de los que no pueden cantar
en un penal atajado con halopidol en las venas
en la hormiga que levanta diez veces su peso en la tarde de invierno
ajena a patrullas y ratis
ajena a los gritos
que ya no escucha la tía Darinka con su eterno rodete de trenzasen un pino coronado por un pajarraco amarillo
en la voz desesperada de los que no pueden cantar
en un penal atajado con halopidol en las venas
en la hormiga que levanta diez veces su peso en la tarde de invierno
ajena a patrullas y ratis
ajena a los gritos
ni el viejo que no estira la pata en la clínica privada
al lado de Juan de noventa y seis añostodo mi malestar doctora-dice-
todo mi mal yo sé lo saco por el ano
traiganme por favor el alcohol que tengo a la derecha en mi cómoda
me froto el vientre doctora
y me siento al sol a esperar
nada más
todo mi mal yo sé lo saco por el ano
traiganme por favor el alcohol que tengo a la derecha en mi cómoda
me froto el vientre doctora
y me siento al sol a esperar
nada más
la hormiga está al sol
que pidieron varios esta semana
die sonne -femenino en alemán-
alivio al corazón
destierro de melancolía
aún
la belleza se nos aparece igual
inaudita y fugaz
en un desequilibrio del tiempo
tregua de dios en su ahorque
el viento
los ojos
el viento
el llanto
el viento
y la reja que se cierra dejándonos de este lado
al este del paraíso
-cerrá- ordena alguien
y me voy
¿ Estoy afuera?
DIANA LAURENCICH (1963, Buenos Aires, Argentina)
Imagen: Propiedad de la autora
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