Va corriendo, andando, huyendo...
Va corriendo, andando, huyendo
de sus pies...
Va con dos nubes en su nube,
sentado apócrifo, en la mano insertos
sus tristes para, sus entonces fúnebres.
Corre de todo, andando
entre protestas incoloras; huye
subiendo, huye
bajando, huye
a paso de sotana, huye
alzando al mal en brazos, huye
directamente a sollozar a solas.
Adonde vaya, lejos de sus fragosos, cáusticos talones,
lejos del aires, lejos de su viaje,
al fin de huir, huir y huir y huir
de sus pies - hombre en dos pies, parado
de tanto huir - habrá sed de correr.
¡Y ni el árbol, si endosa hierro de oro!
¡Y ni el hierro, si cubre su hojarasca!
Nada , sino sus pies, nada sino su breve calofrío
sus paras vivos, sus entonces vivos...
Enlaces: CÉSAR VALLEJO
De: "Antología póetica", Biblioteca El Nacional, 2002
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