Estamos preparados: construimos nuestras casas achatadas,
buena
pizarra.
Esta agotada tierra nunca nos ha dado problemaspizarra.
con el heno, así que, como veis, no hay hacinas
ni almiares que puedan perderse. Tampoco hay árboles
que pudieran servir de compañía cuando arrecia
el vendaval: ya sabéis lo que quiero decir–hojas y ramas
levantan un coro trágico en la galerna
de modo que prestas oídos a lo que temes
olvidando que zarandea también tu casa.
Pero no hay árboles ni refugio natural.
Podrías pensar que el mar hace compañía,
explotando cómodamente en los acantilados,
pero no: cuando comienza, el oleaje alcanza
a las mismísimas ventanas, escupe como un gato manso
que se hubiera vuelto salvaje. Simplemente nos sentamos
juntos
y machaca invisiblemente. El espacio es un bombardeo,
somos atacados por el aire vacío.
Extraño; es una enorme nada lo que tememos.
SEAMUS HEANEY (1939, Condado de Derry, Irlanda del Norte, Reino Unido / 2013, Dublin, Irlanda)
De: "Muerte de un naturalista", Hiperión, 1996
Traducción: Margarita Ardanaz
Imagen:.www.inisfree.wordpress.com
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