Alejandro Crotto






En el haras Vadarkablar







Hasta el corral de tierra y tablas

trajeron al retajo,

un criollo sin halo genealógico,

sin nombre inglés o propio o sangre pura,

a que probara conocer si estaba lista la alazana

alzada como un dios entre jejenes en la luz amarilla de la tarde

con tormenta de fondo; a ver si estaba honda y dispuesta,

veterinarios jóvenes de blancos guardapolvos entreabiertos

entraron el retajo lazo al cuello, y el caballo

meneaba cabizbajo entre resoplos la cabeza y de repente

la levantaba señalando a la alazana espléndida; y la yegua

tirante, sus ollares finísimos alerta, casi ciervo,

miraba de reojo mientras daba su grupa florecida,

y se hizo agua un poquito, se iba abriendo, parpadeaba

su sexo, y apartaba la cola, y el criollo

era potencia aproximándose creciente

hasta montar la yegua, y lo desviaron

las manos enguantadas, lo sacaron tirándolo del lazo y uno dijo

"está lista, buscalo al Equalize que por las dudas la maneo"

y mientras se acercaba por momentos de costado

luego enseguida pecho al frente,

desplegándose altivo, cabeceando

el aire que rompía al paso fino,

el padrillo valioso, se llevaron al otro hasta un corral

con bebedero hasta mañana, y el retajo

ya manso, hocico en agua,

temblaba en ráfagas oscuras

con mínimos relámpagos, no había viento,

se venía la noche.







*Retajo: animal castrado









Alejandro Crotto (Buenos Aires, Argentina, 1978)

De: "Abejas", Bajo La Luna, 2009

Imagen: El Desaguadero


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